A solo una hora de Zúrich, en el cantón de Schaffhausen, se esconde Stein am Rhein, una joya medieval que parece detenida en el tiempo. Este pueblo está declarado Patrimonio Cultural Suizo y fue merecedor del primer Premio Wakker en 1972, galardón que se otorga por la conservación del patrimonio arquitectónico en Suiza.
Stein am Rhein seduce con sus calles empedradas, casas de entramado de madera y fachadas adornadas con frescos vibrantes. Ubicado donde el lago de Constanza se convierte nuevamente en el río Rin, Stein am Rhein invita a perderse en sus rincones y a descubrir su historia, su arte y su naturaleza.
Un paseo por la edad media
El casco antiguo de Stein am Rhein es un museo al aire libre. La Rathausplatz, la plaza principal, es el epicentro de esta belleza. Aquí, el Ayuntamiento del siglo XVI despliega una fachada renacentista con frescos que narran leyendas locales, como la del rey Rodolfo de Habsburgo. Las casas que rodean la plaza, como Vordere Krone y Weisser Adler, lucen murales del siglo XVI que combinan motivos religiosos, escenas cotidianas y símbolos heráldicos, creando un espectáculo visual único.
No menos impresionante es el Untertor (puerta inferior), una de las tres entradas medievales de la ciudad. Construida en 1385, esta torre gótica con su reloj añadido en el siglo XVIII sigue siendo un símbolo de la vida cotidiana de antaño, cuando los guardias vigilaban el acceso a la ciudad.
Historia viva: de romanos a benedictinos
Stein am Rhein tiene raíces que se remontan a los romanos, quienes construyeron un puente y un fuerte sobre una colina para controlar la estratégica ruta entre Germania y Retia. Pero fue en el año 1.007 cuando el emperador Enrique II fundó la Abadía de San Jorge, un monasterio benedictino que impulsó el crecimiento económico y cultural del pueblo. Hoy, este complejo alberga un museo con frescos del siglo XVI y un claustro gótico que trasladan al visitante a la vida monástica medieval.
Más tarde, en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, Stein am Rhein sufrió bombardeos aliados, pero su centro histórico logró conservar gran parte de su arquitectura original, un milagro que hoy permite admirar su autenticidad.
Naturaleza y aventura: entre el rin y los viñedos
El río Rin no solo define el paisaje, sino también la experiencia en Stein am Rhein. Un paseo junto al agua revela vistas idílicas de barcas tradicionales y casas reflejadas en el río. Para los más activos, los paseos en barco hacia Schaffhausen o Kreuzlingen ofrecen una perspectiva única de los viñedos y castillos ribereños, como el Hohenklingen, una fortaleza del siglo XIII que corona una colina con vistas panorámicas.
La cercanía al lago de Constanza añade otro atractivo. A solo 25 minutos en coche, la isla de Mainau, conocida como la "isla de las flores", despliega jardines exuberantes y un invernadero tropical ideal para una excursión de día.
Cultura, festividades, mercados y sabores
Stein am Rhein vibra con tradiciones que perduran. Cada diciembre, la Rathausplatz se transforma en un mercado navideño, donde luces y artesanías envuelven a los visitantes. En verano, los festivales medievales y conciertos al aire libre reviven el espíritu histórico del pueblo.
La gastronomía local también brilla. Los restaurantes sirven platos típicos como el Rösti (tortita elaborada con patatas) y Zürcher Geschnetzeltes (ternera en salsa de crema), acompañados de vinos de la región. No hay que perderse las panaderías locales, donde hornear las tradicionales galletas de miel es un arte centenario.
Consejos para el viajero
Un lugar lleno de encanto
Stein am Rhein no es solo un pueblo; es una experiencia que conecta con la esencia de Suiza. Sus fachadas pintadas, su río serpenteante y su atmósfera tranquila lo convierten en un destino que te transporta a otro tiempo y te deja sin palabras. Para quienes buscan historias entre piedras milenarias y rincones fotogénicos, este rincón del cantón de Schaffhausen es, sin duda, una parada obligatoria en el mapa de los amantes de los viajes con alma y con encanto.
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