La gran borrasca Kirk llegó a España y la Aemet avisó por lluvia intensa en buena parte de la Península durante los pasados días y fuertes rachas de viento que pudieron llegar hasta 120 km/h. Norauto, la cadena de mantenimiento integral del automóvil, destaca en estos casos la necesidad de poner a punto el coche para que pueda reaccionar correctamente ante este tipo de situaciones climatológicas adversas. Por supuesto, ante cualquier peligro, la compañía insiste en la importancia de evitar conducir a no ser que sea necesario.
1. Buen estado de los neumáticos. Y es que son el único nexo de unión entre el automóvil y la carretera. Unos neumáticos desgastados provocan que haya un menor agarre y que se pierda adherencia, especialmente si el asfalto está mojado. La profundidad del dibujo de la banda de rodadura no debe ser inferior a 1,6 mm. Desde Norauto se recomienda no bajar de los 3 mm para un mayor agarre en situaciones de lluvia.
Para comprobar este desgaste, basta con localizar los testigos que hay en la banda de rodadura y que pueden variar de una marca a otra, desde el propio logotipo del fabricante hasta un triángulo o las siglas TWI (de Tread Wear Indicator). Si el neumático está próximo a ese límite de desgaste, quiere decir que es necesario su sustitución.
“A la hora de cambiar los neumáticos, se recomienda hacerlo de dos en dos y en el mismo eje. Además, lo más aconsejable es colocar los nuevos en las ruedas delanteras y trasladar los más antiguos al eje trasero cuando se trata de vehículos de tracción delantera. En los de tracción trasera, la recomendación es a la inversa”, explica XX de Norauto España.
2. Siempre con los neumáticos más adecuados para las lluvias. Se trata de los popularmente conocidos como neumáticos de invierno y los “all season” o cuatro estaciones. Los neumáticos de invierno proporcionan un rendimiento excelente en condiciones de lluvia, hielo o nieve, y están diseñados para adaptarse a las condiciones climáticas frías y a las carreteras difíciles. En el caso de los neumáticos “all season”, o cuatro estaciones, son aptos para utilizar todo el año, ya que cuentan con todas las características de neumáticos de invierno y de verano de forma simultánea.
Esto quiere decir que, si se cuenta con neumáticos de verano, estos deben ser sustituidos, ya que no están preparados para proporcionar un agarre óptimo con frío y lluvia. Lo más recomendable es cambiarlos, preferiblemente por unos “all seasons”, tal y como destacan desde Norauto.
3. Niveles de los líquidos. Hay que revisar y rellenar los líquidos del vehículo si fuera necesario, especialmente el aceite, el refrigerante (nivel y temperatura), el líquido de frenos, el líquido de la dirección asistida y, por supuesto, el líquido del limpiaparabrisas. Éste último es fundamental cuando hay lluvia, aunque no sea muy intensa, ya que es en ese momento cuando el parabrisas delantero y trasero se ensucian impidiendo una correcta visibilidad. Las primeras gotas de lluvia se mezclan con la suciedad de los cristales y esto es especialmente peligroso si no se limpian correctamente.
4. Correcto funcionamiento de las escobillas. Junto a la recomendación de tener un nivel óptimo del limpiaparabrisas, las escobillas, tanto delanteras como traseras, deben poder hacer un correcto barrido y limpieza de los parabrisas.
“La duración de las escobillas en condiciones óptimas de funcionamiento es de aproximadamente un año. Además, hay que tener en cuenta que muchas escobillas están en mal estado después del verano tras una exposición prolongada al sol y las altas temperaturas, ya que la lámina de caucho se degrada. A esto hay que añadir que se deforman si no se han utilizado durante un tiempo prolongado. Por lo tanto, muchos coches llegan al otoño con las escobillas en mal estado y es importante su revisión y sustitución en caso de ser necesario”, apunta Nuria García, Market Manager Cair Maintenance de Norauto España.
5. Funcionamiento del climatizador o el sistema para desempañar los cristales. Con la bajada de las temperaturas es normal que los cristales comienzan a empañarse, lo que sucede por la diferencia de temperatura exterior respecto al interior del vehículo.
“Muchos vehículos cuentan con un sistema automático propio de anti-empañamiento de los cristales, tanto delantero como trasero. En caso de no contar con este sistema, se puede dirigir el aire acondicionado al máximo hacia los cristales para eliminar el empañamiento. Por lo tanto, su buen funcionamiento es fundamental también en otoño e invierno”, añade Xavi Celda, Market Manager Car Repair & Taller.
6. Funcionamiento y estado de los frenos. Es fundamental comprobar que las pastillas y discos están en buen estado y que el vehículo frena correctamente. No hay que olvidar que, con lluvia, aumenta la distancia de frenado y, por tanto, los metros que el coche recorre hasta que se detiene por completo. Por ejemplo, a una velocidad de 50 km/h la distancia de frenado prácticamente se puede duplicar cuando está lloviendo.
7. Correcto funcionamiento de las luces y niveladas. Según avanza el otoño, las horas de luz solar van disminuyendo influyendo en el nivel de visibilidad de nuestro vehículo. No debe haber ninguna luz fundida y, además, deben estar bien niveladas para evitar deslumbramientos. Norauto recuerda la necesidad de encender las luces de posición y de cruce, en caso de no contar las luces diurnas, en los momentos de lluvia para aumentar la visibilidad. Las de niebla sólo son necesarias si la lluvia es muy intensa.
8. Sin indicadores encendidos en el cuadro de mandos. Cuando una luz se enciende en el cuadro de instrumentos, quiere decir que hay algo que no va bien en el vehículo. Puede ser desde un simple aviso de revisión del vehículo hasta una indicación de que algo va mal en el motor. Por ello, ante la más mínima duda, se recomienda realizar una revisión electrónica del vehículo, especialmente cuando éste cuente con una gran variedad de sistemas de ayuda a la conducción conocidos como ADAS. Su correcto funcionamiento es vital.
Por ejemplo, en Norauto son especialistas en esta revisión electrónica, lo que permite comprobar el estado del vehículo e identificar con antelación posibles averías graves.
9. Coche limpio. Se suele pensar que limpiar el automóvil antes de la época de lluvias es una pérdida de tiempo cuando en realidad no es así. Hay que tener en cuenta que si el parabrisas está lleno de grasa y suciedad, su estado empeorará con las primeras gotas de lluvia, perjudicando enormemente la visibilidad.
Los centros de lavado Norauto Wash cuentan, además, seguro de lluvia 24 horas a través de su servicio de tarjeta monedero.
10. Equipa el coche con todo lo necesario. Hoy por hoy, es posible utilizar los conocidos triángulos de emergencia o la V16 indistintamente. Aunque todavía no es obligatorio, la señal V16 conectada ofrece una óptima visibilidad del vehículo en caso de avería, siniestro o cualquier otro tipo de incidente en carretera: destello circular 360º visible hasta 1 km. Además, algunos modelos como la V16 IOT, están conectados con la DGT 3.0 en caso de sufrir una avería, permitirá avisar al resto de conductores de la presencia de vehiculo detenido a través de los paneles informativos de la DGT.
También es recomendable comprobar que toda la documentación está en regla y, además, se aconseja llevar agua, mantas, kit de primeros auxilios, linterna, extintor y el móvil siempre con batería para estar listos ante cualquier tipo de incidente.
Por último, desde Norauto se hace hincapié en la necesidad de realizar una conducción responsable, especialmente en condiciones climatológicas adversas. Hay que reducir la velocidad, adaptarla a las condiciones de la vía, aumentar la distancia de seguridad respecto al vehículo que precede y evitar coger el coche en las circunstancias de lluvia intensa, viento, niebla o nieve.
“Puede ocurrir que la lluvia nos sorprenda conduciendo. Si se observa que es especialmente intensa y que nuestra seguridad puede verse comprometida, lo más indicado es estacionar el vehículo en un lugar seguro y esperar a que el temporal disminuya”, afirma Xavi Celda, Market Manager Car Repair & Taller. “Es importante no circular por charcos en los que no conocemos su profundidad y mucho menos por túneles o zonas completamente inundadas”, añade. “En estos casos, el neumático puede dejar de estar en contacto con el asfalto perdiendo el control del vehículo y aumentando el riesgo de aquaplaning. También es importante evitar circular por zonas de ríos, pantanos y embalses que se puedan desbordar si la lluvia se intensifica, concluye.
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