Copenhague, la capital de Dinamarca, es una de las ciudades más vibrantes y cosmopolitas de Escandinavia. Situada en la costa este de la isla de Selandia, a orillas del estrecho de Øresund, que separa Dinamarca de Suecia, Copenhague se ha consolidado como un destino turístico imprescindible del norte de Europa. Con más de 800.000 habitantes, la ciudad equilibra perfectamente su encanto histórico con un enfoque moderno y sostenible, lo que la convierte en un punto de referencia para quienes buscan una experiencia nórdica única.
La bicicleta es el medio de transporte preferido por sus habitantes, y su compromiso con el desarrollo sostenible ha sido un modelo para otras ciudades del mundo. Además, Copenhague es un importante centro cultural, con una oferta que va desde museos de renombre mundial hasta una destacada gastronomía, reconocida internacionalmente por sus restaurantes galardonados. Este vibrante entorno urbano ha convertido a la capital danesa en un destino clave para viajeros que buscan la perfecta combinación entre historia, cultura y diseño vanguardista.
A continuación, te mostramos cinco lugares imprescindibles que no puedes dejar de visitar en la capital danesa.
1. Nyhavn: el canal más pintoresco de Copenhague
Nyhavn es, sin duda, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Este antiguo puerto comercial, construido en el siglo XVII, es hoy un vibrante canal flanqueado por coloridas casas que datan de los siglos XVIII y XIX. Aunque en sus primeros años Nyhavn era una zona frecuentada por marineros y locales en busca de tabernas, hoy en día es uno de los puntos turísticos más animados de Copenhague.
Pasear por Nyhavn es como adentrarse en una postal viva. Los turistas y locales disfrutan de sus numerosos cafés y restaurantes al aire libre, especialmente durante los meses más cálidos, cuando la vida se traslada a las terrazas. Durante el verano, es habitual ver embarcaciones tradicionales amarradas en el canal, lo que añade un toque nostálgico al paisaje.
Entre las casas más destacadas del canal se encuentra la número 67, donde vivió el famoso escritor Hans Christian Andersen, autor de cuentos como "La Sirenita" y "El patito feo". Este rincón de Copenhague es ideal para relajarse, disfrutar de una cerveza local y empaparse de la atmósfera de la ciudad.
2. La Sirenita: el icono más famoso de Dinamarca
A poca distancia de Nyhavn, en la bahía del puerto de Copenhague, se encuentra una de las estatuas más famosas del mundo: La Sirenita. Esta pequeña escultura de bronce, de apenas 1,25 metros de altura, fue creada en 1913 por el escultor Edvard Eriksen, inspirado en el cuento homónimo de Hans Christian Andersen.
La Sirenita, sentada sobre una roca y mirando melancólicamente hacia el horizonte, se ha convertido en un símbolo de la ciudad y del país. A lo largo de los años, la escultura ha sido víctima de actos vandálicos, pero siempre ha sido restaurada con esmero, dado su profundo significado cultural. A pesar de su tamaño modesto, La Sirenita atrae a miles de visitantes anualmente, que se acercan a admirar esta figura que parece estar esperando a su amado príncipe en las aguas del estrecho de Øresund.
Si bien la zona puede estar repleta de turistas, especialmente durante la temporada alta, visitar La Sirenita es casi una obligación para quienes desean conocer el corazón cultural de Copenhague.
3. Palacio de Amalienborg: la residencia de la familia real danesa
El Palacio de Amalienborg es otro de los puntos clave de la ciudad y una visita imprescindible para aquellos interesados en la historia y la monarquía danesa. Este conjunto de cuatro palacios rococó, construido en el siglo XVIII, es la residencia oficial de la familia real danesa. Lo más sorprendente es que, a pesar de su estatus como residencia real, una parte del palacio está abierta al público, lo que permite a los turistas explorar los interiores y conocer más sobre la monarquía más antigua de Europa.
Uno de los momentos más esperados por los visitantes es el cambio de guardia, que se realiza diariamente a las 12:00 del mediodía en la Plaza de Amalienborg. Durante la ceremonia, los guardias reales, vestidos con uniformes tradicionales y grandes sombreros de piel de oso, marchan desde el castillo de Rosenborg hasta Amalienborg, creando un espectáculo solemne y majestuoso.
El Palacio de Amalienborg está situado en una de las plazas más bonitas de la ciudad, desde donde también se puede contemplar la Iglesia de Mármol, con su impresionante cúpula verde, uno de los hitos arquitectónicos de Copenhague.
4. Iglesia de Mármol: majestuosa y serena
La Iglesia de Mármol, también conocida como Frederikskirken, es una de las iglesias más impresionantes de Escandinavia. Ubicada cerca del Palacio de Amalienborg, esta iglesia luterana es famosa por su imponente cúpula, que se inspira en la de la Basílica de San Pedro en el Vaticano y es una de las más grandes de Europa, con un diámetro de 31 metros.
Su construcción comenzó en 1749, pero debido a problemas financieros, no fue finalizada hasta 1894, casi 150 años después. El resultado es una magnífica mezcla de estilos neoclásico y barroco, que otorga a la iglesia un aspecto sereno y majestuoso.
El interior de la iglesia es igual de impresionante, con su decoración sobria y elegante, que invita a la meditación y la tranquilidad. Desde la cima de su cúpula, se puede disfrutar de una vista panorámica inigualable de la ciudad, lo que la convierte en un lugar muy visitado por quienes desean admirar Copenhague desde las alturas.
5. Castillo de Rosenborg: un viaje al pasado renacentista
Para los amantes de la historia y la arquitectura, el Castillo de Rosenborg es un auténtico tesoro. Construido en el siglo XVII por el rey Christian IV como residencia de verano, este castillo renacentista alberga una de las colecciones más valiosas de la corona danesa, incluidas las joyas de la familia real y las coronas que se utilizan en ceremonias oficiales.
Los jardines del castillo, conocidos como los Jardines del Rey (Kongens Have), son un lugar ideal para relajarse y disfrutar de la naturaleza, especialmente en primavera y verano, cuando las flores están en pleno esplendor.
Dentro del castillo, los visitantes pueden explorar varias salas decoradas con muebles y obras de arte de la época, que ofrecen una visión fascinante de la vida en la corte real danesa. Además, en el sótano del castillo se encuentran las cámaras del tesoro, donde se exhiben las joyas reales, incluyendo la célebre corona de Christian IV.
El Castillo de Rosenborg es una parada imprescindible para quienes desean adentrarse en la rica historia de Dinamarca y explorar la magnificencia de su pasado monárquico.
Una de las ciudades más encantadoras de Europa
La capital de Dinamarca es un destino turístico que destaca por su estilo de vida relajado, sus impresionantes paisajes urbanos y su inigualable mezcla de tradición y vanguardia. Copenhague es una ciudad que combina a la perfección la belleza histórica con la innovación moderna. Desde sus pintorescos canales hasta los palacios reales y las joyas arquitectónicas, esta capital nórdica ofrece una experiencia única a quienes buscan explorar una de las ciudades más encantadoras de Europa.
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