En el fascinante universo de los viajes, hay historias que despiertan la curiosidad y el espíritu aventurero. Una de esas historias es la de Scheherezade y Carlos, jóvenes militares que se conocieron en el imponente portaaviones "Juan Carlos I" y que decidieron dar un giro radical a sus vidas en enero de este año. Tras solicitar una excedencia por interés particular en la Armada, han emprendido una emocionante travesía alrededor del mundo, dejando todo atrás para explorar culturas, paisajes y vivir momentos únicos. Su blog, nuestroviajeporelmundo.com, se ha convertido en el testimonio digital de sus aventuras por África y Asia. Conversamos con ellos para descubrir qué implica abandonar el día a día para sumergirse en lo desconocido, los destinos que han marcado su periplo y las experiencias que atesoran en cada rincón del planeta.
¿Qué os motivó a tomar la decisión de dejarlo todo y emprender este viaje por el mundo? ¿Cómo surgió la idea?
Llevábamos poco tiempo juntos cuando algunos sucesos nos sacudieron por dentro. Sueños que no se logran cumplir o pérdidas de personas muy importantes que vienen demasiado pronto. Todo ello nos hizo parar por un momento y pensar qué queríamos en nuestra vida, qué era lo que de verdad nos llenaba. Al final, uno siente que la vida es muy corta para dejar para luego cosas que de verdad quiere o le hacen feliz.
¿Cómo reaccionaron vuestros familiares y amigos cuando les comunicasteis que os embarcabais en esta experiencia viajera? ¿Hubo sorpresas o apoyos inesperados?
Bueno, hubo reacciones de todo tipo. La mayoría, cuando se lo contamos por primera vez, no eran capaces de asumir lo que les estábamos diciendo (creo que ni nosotros éramos capaces de darnos cuenta de ello). Aun así, la verdad es que tuvimos la suerte de que todos nuestros amigos y familiares nos apoyaron y dieron alas a este sueño, aunque a algunos les costara un poco más, sobre todo por pensar en el tiempo que vamos a estar lejos.
Con la excedencia en la Armada, ¿cuánto tiempo planeáis dedicar a vuestro nuevo estilo de vida?
Mínimo queremos dedicarnos 2 años a viajar, hasta principios de 2025. El tiempo máximo que podemos estar en esta situación es de 10 años y, aunque no negamos que nos encantaría estirarla hasta el final, dudamos que los ahorros nos den para tanto.
¿Habéis trazado un itinerario definido o preferís la improvisación en la ruta?
Tenemos una idea general del camino que queremos hacer, ya que queremos dar como tal una vuelta al mundo, y algunos países que queremos visitar sí o sí. El resto lo vamos improvisando según el momento, añadiendo destinos o quitándolos.
Hasta el momento, habéis recorrido diferentes destinos en África y Asia. ¿Hay alguno que os haya dejado una huella especial? ¿Por qué?
Creo que Kenia dejó una huella en nuestro corazón. Puede que incluso una pequeña heridita cuando nos fuimos. Lo que vivimos allí, la gente que conocimos en las diferentes ONG en las que estuvimos, nos marcaron muchísimo. Pensamos en ellos todas las semanas. Si tenéis la oportunidad de vivir o pasaros por Kasinde, Bamba Family o WECO, esta última en Uganda, os aseguramos que lo entenderéis.
Describís vuestra forma de viajar como una "aventura." ¿Qué la hace única en comparación con otros estilos de viaje?
El tiempo. El tiempo es lo que de verdad nos diferencia. Cuando uno viaja con un croquis y con un tiempo definido disfruta muchísimo, pero el jugo de viajar, de sumar experiencia y aventura, de conocer a personas y nutrirse de ellos, normalmente viene cuando tienes la oportunidad de permanecer un tiempo en un sitio, queriendo aprender de esa cultura y forma de vivir.
¿Podríais compartir alguna experiencia especial que hayáis vivido en vuestros viajes?
Puff... Experiencias especiales hemos vivido muchas. Desde no poder dormir por la noche en nuestra tienda de campaña en Botsuana por estar rodeados de hipopótamos o leones, cumplir sueños personales como ver a los gorilas en Uganda, o hasta perseguir las mejores olas del mundo en Sudáfrica, Mentawais, Bali o Filipinas...
Son las cosas que uno siempre ha querido hacer, sumado a las experiencias que te ocurren por el camino, lo que lo hace todo tan especial.
En qué lugar del planeta os encontráis actualmente y cuál será el próximo destino.
Ahora mismo estamos en la India. Para ser exactos en el pueblo de Khajuraho, una ciudad preciosa entre Agra y Varanasi, conocida por sus templos del siglo X con esculturas eróticas talladas en ellos.
De aquí, incorporación de última hora, vamos a saltar unos días a la vecina isla de Sri Lanka, para compensar un poco la intensidad de la India con la paz de este país.
¿Hay algún lugar que os emocione especialmente y que hayáis planeado visitar en el futuro cercano?
Pues la verdad es que tenemos un problema. Y es que todos los destinos nos emocionan especialmente. Siempre lo hablamos porque, cada vez que nos dirigimos a un país nuevo, vamos con los nervios y las ganas de por fin conocerlo y tener tiempo por delante para disfrutar de él. La India era un destino al que le teníamos muchas ganas, pero es que Nepal (el destino anterior) nos llamaba tanto o más la atención. Pero es que, si miramos hacia adelante, tenemos también lugares que llevamos toda la vida queriendo conocer, como Australia, Nueva Zelanda, Polinesia Francesa, Hawái, Costa Rica, Méjico, Perú, Chile...
En vuestro blog, también habláis sobre la importancia de conectar con la gente local. ¿Cómo lográis sumergiros en las culturas que visitáis y qué anécdotas destacadas tenéis al respecto?
Bueno, como decíamos antes, esta forma de viajar es especialmente atractiva precisamente por la gente que conoces y lo que te llevas de ellos. Creo que intentar viajar “barato” es sobre todo lo que te abre puertas a conocer a la gente... Cuando te metes en un resort o en un hotelazo con todo incluido, es inevitable que esas ventanas se pierdan.
Anécdotas tenemos algunas... Por ejemplo, una noche, en Sudáfrica, estábamos durmiendo ya en nuestra tienda de campaña en la parte de arriba de nuestro coche. Fuera estaba diluviando y tronando y de repente algo nos dio un golpe tan fuerte que nos pegó un buen vaivén. Salimos de la tienda sin saber que había pasado realmente y vimos que un señor con su coche había golpeado el nuestro.
Por supuesto, salimos queriendo obtener una explicación de por qué nos había golpeado si nosotros estábamos dentro de nuestra parcela asignada en el camping y haciendo un parte para la aseguradora.
Del coche salió un hombre de unos 45 años, increíblemente preocupado y pidiendo disculpas. Lo reconocimos porque dormía justo enfrente de nosotros en una pequeña tienda de campaña con su hijo de unos 13 años.
El hombre nos pidió que no diésemos parte al seguro y nos contó que vivía en el camping, que había perdido todo lo que tenía durante el COVID. Que su hijo estudiaba a través del ordenador y que intentaba sacar trabajos diarios para conseguir dinero para comer.
El caso es que a lo largo de los días que estuvimos en el camping nos acabamos haciendo amigos de ellos (no sabéis la cara que puso su hijo cuando le aparecimos con unas palomitas recién hechas) y al final del viaje obviamente no dimos parte al seguro y arreglamos como pudimos con nuestra empresa de alquiler del coche.
¿Habéis tenido algún desafío o reto particular durante vuestros viajes que os haya sorprendido o enseñado algo nuevo sobre el mundo que nos rodea?
Cuando salimos de España nos embarcamos en algo totalmente desconocido. Es verdad que ya habíamos estado en África previamente por motivos de nuestro trabajo, pero era una situación totalmente diferente. Ahora nos íbamos nosotros dos solos a recorrer este enorme continente durante 4 meses, así que es innegable que algo de respeto le teníamos.
Los meses previos, en casa, habíamos hablado y supuesto todas las situaciones “difíciles” que podríamos encontrarnos y habíamos buscado una o varias soluciones para cada una de ellas (somos militares, no cabe duda, je, je).
Sin embargo, no sólo no vivimos ni una sola de todas esas situaciones complicadas que nos imaginamos, si no que tuvimos que tirar a la basura todos nuestros prejuicios. Creemos que la mayor enseñanza que hemos tenido hasta ahora es que el mundo, de verdad, está lleno de gente buena, amable, dispuesta a ayudar, con ganas de conocer un poco más sobre aquellos que son diferentes a ellos ¡y de sacarse alguna que otra foto con nosotros también! Je, je, je.
¿Recomendarías a todo el mundo dejarlo todo durante un tiempo para vivir viajando? ¿Por qué?
Sin lugar a duda. Aún no llevamos ni un año viajando y ya tenemos claro que es el mayor regalo que nos hemos podido hacer a nosotros. La vida es muy corta y sólo hay una, por lo que hay que aprovecharla y hacer aquello que te haga de verdad feliz.
Además, al conocer otros sitios, otras culturas, otras formas de vivir a nosotros nos ha ayudado a darnos cuenta de que hay mucho más allá de la vorágine que nos envolvía en nuestro día a día, que aquello que pensábamos que era un mundo, en realidad es sólo un pequeño granito de arena y nos está enseñando qué es lo realmente importa.
Por supuesto, somos conscientes de que somos unos afortunados por haber podido dejar todo y hacer una pausa en nuestro trabajo para salir a hacer realidad nuestro sueño. No todo el mundo puede hacerlo. Sin embargo, a esas personas que dudan entre hacerlo o no, que les cuesta encontrar el momento, el dinero... a ellas, no podemos más que decirles que deben lanzarse. Nunca va a ser mejor momento que ahora. La vida solo se vive una vez y es demasiado corta para esperar.
¿Esperáis que esta experiencia también cambie vuestras vidas a largo plazo? ¿Tenéis planes o sueños específicos que os gustaría cumplir después de esta aventura?
Entre nosotros lo hemos hablado muchas veces durante este viaje y siempre acabamos diciéndonos que por supuesto esto va a cambiar nuestra forma de vivir nuestra vida cuando volvamos. Ya nos ha cambiado sin que nos hayamos dado cuenta. Lo que nos preguntamos es, ¿qué podemos hacer cuando esto acabe...?
Lo bueno es que ya tenemos algunas ideas en la cabeza, pero es un poco pronto para darles más dolores de cabeza a nuestros padres... Je, je, je.
Lo que empezó hace alrededor de 9 años como una idea loca para intentar recuperar la ilusión, ha acabado haciéndose realidad. Detrás hay muchas horas de incertidumbre, de espera, muchos planes o viajes no hechos por ahorrar un poco más, muchos miedos por si estábamos eligiendo bien... pero también muchos momentos de felicidad sólo imaginándonos todas las aventuras que íbamos a vivir, los sitios que por fin íbamos a visitar... Y, cuando por fin está aquí, la realidad está superando con creces todo lo que nos habíamos imaginado.
El conocer gente nueva, culturas totalmente diferentes, el vivir experiencias que siempre habíamos soñado, el aprender cada día un poco más de este mundo en el que vivimos... es algo que de verdad no podemos describir lo felices que nos hace. Estamos seguros de que es la “experiencia de nuestra vida” y que nos ayudará a ser un poquito mejor personas y vivir y disfrutar aún más la vida a partir de ahora. Es nuestro gran regalo, el mejor que nos podíamos hacer.
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