El sur de Chile tiene algunos de los sitios más hermosos del planeta, uno de ellos, el lago Espolón, se encuentra a tan sólo 9 kilómetros de la pequeña localidad de Futaleufú, en la Región de los Lagos. Aquí el agua y las montañas se juntan con el cielo.
Para llegar a él se debe seguir el camino hacia la localidad de Chaitén tomando la variante hacia el embarcadero ubicado en el sector este del lago. Para llegar a Lago Espolón se puede ingresar también por vía terrestre desde Argentina por el Paso Internacional Futaleufú que comunica la ciudad del mismo nombre con la localidad argentina de Trevelin.
La primera vez que visité el valle Espolón fue hace muchos años, durante mi niñez, cuando tenía ocho años. Sin embargo, los recuerdos de aquel viaje quedaron por siempre guardados en mi memoria. Después de muchos años, regresé nuevamente para encontrarme con el mismo lugar que había dejado hace tantos años atrás. En el Espolón, “un paisaje pintado por Dios”, la belleza natural permanece intacta.
Nos transportamos en una barcaza cuyo recorrido dura aproximadamente una hora, donde apreciamos sus imponentes montañas, el colorido de su verde esmeralda y sus bosques de coigües y lengas. Además de los turistas que llegan a la zona, dentro de la barcaza vemos pasajeros locales, que llevan consigo animales como caballos, gallinas y ovejas. Nos encontramos en la Patagonia profunda, donde las tradiciones se mantienen intactas.
Si lo que buscamos es desconectarnos del mundo y volver a contactarnos con la naturaleza, el Lago Espolón es el lugar perfecto. Aquí no hay distracciones de la vida cotidiana, sin internet o teléfono celular, es el lugar ideal para descansar y relajarse. Agradables paseos en lancha y botes es posible hacer en este lugar. También se puede pescar y acampar. Existen sitios para camping y equipadas cabañas.
Una vez que llegamos al otro extremo del lago, podemos realizar un circuito de aproximadamente 45 minutos en bicicleta a través de tupidos bosques. Es una actividad que nos transporta a la Patagonia auténtica, donde apreciamos la vida campestre y los animales de los habitantes de la zona. En esta ocasión, llegamos al Hospedaje “El Arroyito”, donde disfrutamos de un almuerzo típico.
Otra de las actividades que nos ofrece Lago Espolón es retomar la barcaza y dirigirnos hacia las cabañas Los Tres Morros, donde nos ofrecen una inolvidable cabalgata bordeando el lago, entre el bosque predominante de coigües. En el trayecto se puede apreciar una cascada, así como también quebradas rocosas. El paisaje sólo se interrumpe por antiguos cercos de madera, que marcan por años los pocos límites que podemos encontrar.
El Lago Espolón es un paraíso para los amantes del agua y la naturaleza. Es ideal para la navegación a vela, kayak, canoa, natación y pesca. Los ríos Ceniza, Blanco, y Espolón que alimentan el lago, invitan a la exploración y cuentan con sorprendentes cascadas, playas, fauna y vistas que deslumbran.
Una de las opciones para alojarse en Lago Espolón es La Casa de Campo. Con más de 30 años en el lugar, las cabañas son para seis personas y están muy bien equipadas, con una vista privilegiada al lago. Para los que quieren sentirse más cerca de la naturaleza también se ofrece el servicio de camping.
Ruta El Espolón: Patagonia auténtica
Hace unos años un equipo de la Secretaría de las Culturas, las Artes y el Patrimonio junto a la Municipalidad de Futaleufú y su Departamento de Turismo y de Cultura se propusieron revitalizar e impulsar la difusión de la Ruta El Espolón, en la cual, no sólo se disfruta de un paisaje prístino y grandioso, sino que también se comparte y se convive con familias sencillas y trabajadoras que desarrollan distintos oficios de características patrimoniales y que se han asentado por más de tres generaciones en ese lugar.
La gente de esta parte de la Patagonia se destaca por vivir una vida simple, pero en medio de tesoros naturales. El recorrido comienza con una visita al Camping “El Caudal”, donde la señora Ximena Figueroa explica el ciclo de la Lana, proceso que comienza con la esquila de lana, el lavado, hilado, para terminar con los tejidos. “Vendemos medias y chalecos que nos permite juntar algo más para nuestro hogar. Hemos logrado formalizarnos como camping y trabajamos con todas las medidas sanitarias establecidas”, comenta la Sra. Ximena.
La ruta continúa hacia el Hospedaje “El Arroyito”, donde luego de un rico almuerzo patagón, la señora Malvina Cortés relata sus hazañas con la cesárea de vacas que tuvo que aprender para ayudar a sus animales, además del trabajo que hace en su huerta donde obtiene varios tipos de manzanas desde un mismo árbol a través de los injertos: “eso le aprendí de mi papá y hay distintas formas. Siempre se debe dejar corazón con corazón con el árbol para que prenda”. Siguiendo la huella en la plenitud del valle, con la guía entre el bosque de don Sergio Gallardo, se realiza una cabalgata por más de una hora y media entre la alta cordillera, rememorando las travesías de aquellos decididos colonos, que trasladaban sus ganados a otros sectores.
Tras cabalgar por las montañas de subidas y bajadas a través de la profunda vegetación la última parada es la Cabaña “El Ovejero” de Don Cornelio Jofre y su familia, quien relata que “todo esto ha ido cambiando, el antepasado era muy sacrificado, ante todo los víveres se acarreaban a lomo de caballo con pilchero, eran 7 horas por el Lago Las Rosas a comprar lo básico: arroz, yerba, fideos, sal, era lo principal. Uno hizo raíz y no se quiso mover más de acá, uno respira aire libre, no hay delincuencia, aún la palabra vale acá en el campo”.
Natalia Baeza es la Coordinadora de Turismo de la Municipalidad y cuenta que “a pesar que el turismo lleva más de 35 años en desarrollo, lo identitario no se ha vuelto comercial, es digno destacar al emprendedor de lugares alejados como el valle El Espolón donde mantienen sus formas de vida y tradiciones, como la “Fiesta de El Pilchero” donde la gente revive las actividades del corral y la muestra al visitante y el turismo no puede estar ajeno tiene que ser sostenible y social, con el cuidado del medio ambiente, por eso es fundamental destacar estas prácticas para ir manteniéndolas en el tiempo”.
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