​Manarola: un paraíso de colores en los acantilados de Liguria

Nuestros pasos se dirigen a Italia, un país que siempre nos invita a vivir experiencias inolvidables. En el corazón de esta tierra encantadora, encontramos Liguria, una región de ensueño que se despliega como un paraíso costero bañado por el mar. Y en medio de este espectacular escenario, emergen las famosas Cinque Terre, un conjunto que acoge a cinco pintorescas poblaciones, cada una con su personalidad y encanto distintivos. Estos coquetos pueblos están ubicados en un paisaje montañoso con descenso al mar. Hablamos de Riomaggiore, Corniglia, Vernazza, Monterosso y Manarola, nuestro protagonista en esta aventura. Todas estas poblaciones son conocidas mundialmente por el animado colorido de sus casas y por su ubicación en balcones de roca que asoman al inmenso azul. 

Llegamos a Manarola, el pequeño pueblo pesquero que nos recibe exhibiendo la alegre paleta de colores de las fachadas de sus casas. Los orígenes de Manarola están enraizados en el mar y la pesca. Las estrechas calles empedradas y las casas coloridas nos hacen sentir como si hubiéramos retrocedido en el tiempo. Aquí, la vida transcurre pausadamente, y es fácil dejarse llevar por el encanto de sus tradiciones y la hospitalidad de sus habitantes. 

Una de las experiencias más emocionantes que podemos realizar en este punto de Italia es simplemente pasear por sus calles, explorar sus callejones llenos de historia y admirar las fachadas coloridas que hacen que el lugar sea tan especial. Y si acompañamos nuestros pasos con un buen helado italiano la sensación resulta todavía más placentera. 

El conocido como ‘camino del amor’ (via dell’amore) es uno de los paseos que no podemos perdernos en este lugar del planeta. Es un sendero con vistas impresionantes al mar, ideal para una romántica caminata al atardecer. Es el más popular y el más corto de todos los senderos de Cinque Terre, por lo que todo el mundo puede realizarlo, desde niños hasta personas con problemas de movilidad. Este sendero comienza en la estación de tren de Riomaggiore y termina en la estación de Manarola, discurriendo sobre la roca por encima de la superficie del agua. Actualmente, solo pueden recorrerse doscientos metros de su distancia total, debido a un pequeño deslizamiento de rocas que hace unos años provocó algunos desperfectos. Sin embargo, a pesar de esto, el paseo merece mucho la pena. 

Uno de los grandes atractivos de Manarola es su gastronomía, motivo por el que no perdemos la oportunidad de degustar su deliciosa cocina local. Los restaurantes y pequeños locales ofrecen platos tradicionales con ingredientes frescos y sabrosos. No hay nada como deleitarse con una auténtica cena italiana mientras disfrutamos de la atmósfera única del lugar. 

El entorno que rodea Manarola es igualmente fascinante. Los viñedos en terrazas que se extienden por las colinas proporcionan una vista espectacular y también son famosos por producir algunos de los mejores vinos de la región. Además, resulta un placer realizar una caminata por los senderos que serpentean a lo largo de la costa, brindándonos vistas panorámicas espectaculares. 

Los amantes del mar estamos de suerte en Manarola. Aquí encontramos pequeñas playas y calas escondidas donde sumergirnos en las aguas cristalinas del Mediterráneo. Además, el buceo es una actividad muy popular, y los fondos marinos sorprenden con su rica biodiversidad. 

Sin duda, Manarola es una joya que brilla con luz propia en el espectacular conjunto que es Cinque Terre. Su encanto, historia, belleza natural y acogedora atmósfera hacen de este pueblo un destino perfecto para los viajeros que buscan una experiencia auténtica y enriquecedora.