​Galgano, su espada y una impresionante abadía

La mágica Toscana nos espera. Siempre es un placer acercarse a esta bella región del centro de Italia. En esta ocasión buscamos un destino que se encuentra en la provincia de Siena, a menos de diez kilómetros de la localidad de Chiusdino, un pueblo pequeño y pintoresco con una población de alrededor de 2.000 habitantes. La localidad se encuentra en una colina y cuenta con encantadoras calles empedradas, casas de piedra y una iglesia parroquial del siglo XIII. Chiusdino es un buen lugar para alojarse, debido a su cercanía con la gran protagonista de este viaje: la abadía de San Galgano.  

La abadía de San Galgano es uno de los destinos turísticos más populares de la Toscana. Este impresionante monumento histórico y arquitectónico fue fundado en el siglo XII por la orden de monjes cistercienses, formando parte de la red de abadías que establecieron en toda Europa. Durante mucho tiempo, fue un importante centro de vida religiosa y espiritual en la Toscana. Los monjes desempeñaban un importante papel en la vida de los habitantes del lugar, y se dedicaban al estudio y la oración, además de realizar labores en el campo. 

Con el paso del tiempo, en el siglo XVI, la abadía pasó a formar parte de la Orden de los Caballeros de Malta, quienes la utilizaron como centro de entrenamiento militar y hospital durante varios siglos. Más tarde, el imponente edificio fue abandonado y cayó en ruinas hasta que fue restaurado en el siglo XX. 

La arquitectura de la abadía es impresionante. La iglesia tiene una nave central que posee una altura de más de veinte metros. El interior es majestuoso, con grandes arcos y bóvedas que crean un efecto espectacular gracias al juego de la luz y las sombras. 

La construcción de la abadía de San Galgano en el punto en el que está ubicada se explica con la leyenda que envuelve al lugar. Al parecer, un noble caballero nacido en Chiusdino llamado Galgano Guidotti tuvo una visión del arcángel San Miguel en la que éste le animaba a abandonar su estilo de vida llena de excesos y abrazar la austeridad y el servicio a Dios. Galgano aceptó y clavó su espada en una roca cercana para simbolizar su renuncia a la vida de caballero. El ex noble se retiró a una colina donde vivió como ermitaño hasta el día de su muerte. Tiempo después, se levantó una iglesia en ese mismo lugar, desembocando más tarde en la fundación de la abadía de San Galgano. 

Esta historia sobre San Galgano, su espada clavada en la roca y la abadía es una de las más conocidas y populares de la región de la Toscana, hasta el punto de haber inspirado diferentes obras de arte y literatura. 

La abadía de San Galgano se encuentra a tan solo treinta kilómetros de Siena, por lo que sería imperdonable dejar la Toscana sin disfrutar de un buen paseo por este atractivo destino italiano que parece haberse detenido en el tiempo, remontando al visitante a su esencia medieval. Su centro histórico está dominado por su gran protagonista: la plaza del Campo, lugar de celebración de la famosa Fiesta del Palio y un espacio en el que resulta especialmente agradable pasear o degustar algún tentempié en cualquiera de sus terrazas.