Viajamos hasta el cantón de Berna, en Suiza. Nuestro destino se encuentra junto a la bella y pintoresca comuna de Grindelwald, una pequeña población ubicada en un valle y rodeada de un hermoso escenario alpino. Estamos en uno de los destinos de nieve más populares del país, un lugar de vacaciones que ofrece la posibilidad de realizar numerosas actividades y deportes al aire libre: esquí, alpinismo, senderismo…
A una hora de distancia por carretera de Berna, Grindelwald es un pequeño paraíso verde en temporadas cálidas, que se torna blanco cuando la nieve hace acto de presencia. Un paisaje en el que nunca falta la típica imagen de las tranquilas vacas suizas pastando en los prados. Estamos en el lugar adecuado para acercarnos en teleférico hasta nuestro auténtico protagonista: el lago Bachalpsee.
Desde el punto en el que nos deja el teleférico, es un placer caminar hasta el lago. El paseo no es demasiado largo (menos de una hora) ni complicado, y el paisaje que vamos descubriendo en el trayecto es todo un regalo.
Cuando el lago Bachalpsee aparece ante nuestros ojos, entendemos el motivo por el que está considerado uno de los más bellos de Suiza. Está situado a más de dos mil metros de altura sobre el nivel del mar y sus cristalinas aguas reflejan la imagen de las imponentes montañas que lo abrazan, picos impresionantes que llegan a alcanzar los cuatro mil metros.
Este lugar invita a pasar el día disfrutando de la naturaleza. Es posible bañarse en el lago, sin embargo, incluso en los meses más cálidos del año, el agua suele estar bastante fría y solo es apta para los más valientes.
Aunque no existe ningún establecimiento por la zona para comer o hacer una parada, es muy recomendable tomarse un respiro y saborear un buen picnic para coger fuerzas y seguir descubriendo el entorno, ya que en este lugar hay habilitados una buena cantidad de senderos con diferentes niveles de dificultad, para elegir el que más nos guste. Incluso, para los amantes de las flores y plantas, existe un sendero especialmente dedicado a la botánica.
El lago Grindelwald es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza. Aquí se respira un aire libre de contaminación y la mirada se llena de colores: azul, del agua y el cielo; verde, de los inmensos prados llenos de flores; blanco, de la nieve que alfombra las cumbres de las montañas. Sin lugar a dudas, una escapada hasta este punto de Suiza siempre resultará inolvidable.
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