Nos acercamos a un país repleto de aspectos interesantes y poco conocidos. Visitamos un punto de Asia que resulta especialmente atractivo para los viajeros que buscan inspiración en lugares diferentes, alejados de lo convencional. Estamos en Pakistán, un punto del planeta en el que nos esperan paisajes que quitan el aliento. Además, los pakistaníes son amables y acogedores. Lucen orgullos sus tesoros arquitectónicos y sus monumentos históricos.
Nuestro destino se encuentra en el noreste del país, concretamente en la ciudad de Lahore, una de las más importantes de Pakistán, y también de las más pobladas, pues cuenta con más de once millones de habitantes. Lahore está a algo menos de cuatrocientos kilómetros de distancia de Islamabad, la capital, y es una urbe que guarda las huellas de la grandeza de tiempos pasados, tras haber sido sede de diferentes dinastías imperiales.
En Lahore se encuentra la mezquita Badshari, nuestra protagonista. Es una de las construcciones más emblemáticas de la ciudad y uno de sus principales atractivos turísticos, algo que es fácil de entender, ya que la mezquita está considerada una de las más bellas del mundo, además de estar entre las más grandes del planeta.
La mezquita Badshari sigue la línea arquitectónica clásica del Imperio Mogol. Se remonta a la segunda mitad del siglo XVII y se levantó bajo las órdenes del emperador mogol de la época. El hermoso templo, construido con piedra arenisca y mármol, se encuentra en la parte más antigua de Lahore y puede albergar a más de cincuenta mil fieles en el momento de la oración.
Durante la ocupación británica, la mezquita resultó seriamente dañada. Afortunadamente, reformas posteriores le han devuelto su belleza original. Destacan sus minaretes, de más de sesenta metros de altura, su gran patio interior y sus tres imponentes cúpulas de color blanco.
Junto al gran complejo de la mezquita se ha instalado un museo que guarda algunas de las reliquias más significativas de la historia de esta imponente construcción, un templo cuyo valor histórico, religioso y arquitectónico es indudable y atrae a viajeros de todo el mundo.
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