Visitamos un pequeño país rico en bellos paisajes, lagos, cascadas, cuevas, parques naturales y hermosos ejemplos de arquitectura tradicional. Estamos en Macedonia del Norte, en el sureste de Europa, un destino poco frecuentado por el turismo de masas que encierra muchos tesoros por descubrir, interesante herencia del paso de antiguas culturas por su territorio. En la República de Macedonia del Norte tan solo encontramos unos dos millones de habitantes, lo que nos da una idea de las dimensiones que posee este país balcánico.
Nuestro destino se encuentra en el oeste, en un punto cercano a Albania. Vamos a pasear por Ohrid, una encantadora población a orillas del lago del mismo nombre, con un núcleo histórico que cuenta con la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Se encuentra a unas dos horas y media de Skopie, la capital del país. En la actualidad, la pequeña ciudad, de poco más de cuarenta mil habitantes, es uno de los puntos más turísticos de los Balcanes.
Su centro histórico, adoquinado y pintoresco, conserva todo el sabor de la tradición. La población está coronada por un castillo medieval y, aunque estamos en un país sin litoral, en Ohrid no se echa de menos un buen chapuzón o un buen paseo en barca, gracias a la presencia del tranquilo lago que acompaña al municipio, un lago inmenso, bastante profundo y uno de los más antiguos del planeta.
Sus limpias aguas conservan un ecosistema acuático único con numerosas especies endémicas, convirtiéndolo en una de las reservas biológicas más grandes del continente europeo.
El lago Ohrid es una de las dos grandes postales de ciudad. La otra imagen emblemática es, sin lugar a dudas, la de la iglesia de San Juan Kaneo, un bonito templo situado en lo alto de un acantilado con vistas a las calmadas aguas del lago.
La iglesia de San Juan Kaneo es la fotografía más típica del lugar. El templo se remonta al siglo XIII y mezcla elementos armenios y bizantinos. No es la única iglesia que posee Ohrid, pero sí que es, probablemente, la más bella, tanto por su ubicación como por su línea arquitectónica.
El Antiguo Teatro es otro de los puntos de obligada visita. Su construcción se debe a los griegos en el siglo II a.C., aunque posteriormente también fue utilizado por los romanos. Se encuentra orientado hacia el lago y actualmente acoge diferentes espectáculos teatrales y musicales.
No podemos despedirnos de Ohrid sin descubrir su rica gastronomía, una cocina tradicional elaborada con productos frescos y regada con vinos macedonios, caldos de reconocido prestigio que forman parte de la cultura macedonia gracias a su larga tradición vinícola.
Parece claro que la pequeña ciudad de Ohrid guarda un buen número de atractivos que consiguen atrapar el interés del viajero. La población es visita obligada si nos encontramos en Macedonia del Norte.
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