Nos acercamos a la costa oeste de Estados Unidos. Estamos en California, ese estado norteamericano que nos evoca refrescantes imágenes de playas de ambiente animado y estival. Sin embargo, en esta ocasión nuestro destino no se encuentra movido por las olas. Nuestro objetivo es adentrarnos en un espacio natural de este territorio en el que es protagonista una curiosa especie de árbol de extraña belleza.
Viajamos al Parque Nacional de Árboles de Josué, un territorio de más de tres mil kilómetros cuadrados que incluye buena parte del desierto de Mojave y que suele encontrarse fuera de los grandes circuitos turísticos. Situado a algo menos de tres horas de trayecto por carretera de la ciudad de Los Ángeles, es el hogar de una singular especie de yuca, llamada árbol de Josué, que solo crece en estas tierras áridas y reside en ellas feliz desde hace miles de años, a pesar del abrasador calor y la escasa humedad de este territorio. En realidad, el árbol de Josué no es un árbol, es una planta que alcanza una considerable altura y que lleva adelante una labor solidaria prestando cobijo y sombra a los pequeños habitantes del desierto: insectos, lagartos, aves, etc.
La curiosa forma del árbol de Josué siempre ha resultado atractiva para fotógrafos y amantes de la naturaleza. Sus retorcidos brazos y sus copas espinosas crean increíbles postales cuando son iluminados por el sol. Además, tiene una flor de color claro que puede verse solo si las condiciones climatológicas lo permiten. La floración suele producirse en abril, siempre que el año haya sido especialmente húmedo en esta zona, cosa que suele ser poco probable.
Según recoge la historia, el nombre con el que se conoce a esta planta proviene de los mormones que en el siglo XIX viajaban a esta región. Al parecer, asociaron las ramas de la planta apuntando al cielo con los brazos extendidos de Josué, el personaje bíblico, cuando estaba orando.
En el pasado, los nativos americanos que poblaban la zona utilizaban la corteza y las ramas de esta planta para fabricar diferentes utensilios, especialmente recipientes para contener alimentos y líquidos.
El Parque Nacional de Árboles de Josué es un destino diferente, un lugar curioso que fascinará a muchos gracias a la presencia de estas peculiares plantas que, por cierto, se encuentran protegidas, especialmente ahora que el cambio climático se ha convertido en una amenaza para su futura continuidad.
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