Los saltos del Laja, un destino chileno de espectacular belleza

A lo largo y ancho de nuestro planeta existen rincones increíbles que nos ofrecen ese contacto especial con el agua, la vegetación y con un aire tan puro que casi nos deja sin respiración. En esta ocasión, nos acercamos a uno de esos destinos naturales privilegiados donde la naturaleza se exhibe potente y bella en todo su esplendor. 

Nuestro destino se encuentra en Chile, un país con más de seis mil kilómetros de costa que ofrece múltiples y diversos atractivos. Chile cuenta con una diversidad natural única que alfombra su gran territorio con volcanes, glaciares, lagos, cascadas, bosques, imponentes montañas… 

Nos dirigimos a un punto situado a algo menos de quinientos kilómetros de Santiago, la capital del país, en la región del Biobío y a escasa distancia de la ciudad de Los Ángeles -la urbe chilena, no la estadounidense-. Buscamos un paraje natural impresionante que ofrece una refrescante imagen y que se ha convertido en uno de los destinos más visitados del país. Estamos en los saltos del Laja. 

El río Laja nace en la cordillera de Los Andes y recorre casi 150 kilómetros hasta llegar a este salto espectacular que cuenta con cuatro cascadas de una altura considerable. De hecho, el punto más alto alcanza los 35 metros. Escuchar el potente ruido que produce el agua al caer sobre un profundo cañón rocoso es una experiencia fascinante. 

Antiguamente, la zona que envuelve a las cascadas eran consideradas sagradas por los pobladores del lugar: las tribus de indios mapuches. De hecho, eran habituales las ceremonias, ofrendas y rituales. Incluso, se creía que los más jóvenes de la tribu se convertían en hombres si conseguían atravesar caminando hasta el otro lado de la gran cascada. Por otra parte, según relata la historia, el conquistador extremeño Pedro de Valdivia, en su viaje de exploración por este territorio, fue el primero en caminar por este paraje chileno. 

Los saltos del Laja ofrecen muchas y atractivas opciones para practicar actividades al aire libre. El senderismo y los pequeños paseos náuticos en lancha bajo la cascada son algunas de las más habituales y populares. El lugar es tan visitado que en torno a los saltos se ha concentrado una gran oferta de restaurantes y alojamientos, además de zona de camping, para acoger a los miles de turistas que se acercan a lo largo de todo el año atraídos por este punto de singular belleza.