Desde la playa de Viareggio hasta los cafés de Saint-JeanCap-Ferrat, pasando por los jardines ocultos de Génova y el mar somnoliento de San Terenzo, Miquel Molina nos invita a descubrir la verdadera historia de la poesía y la música en un viaje cultural y sentimental de siete días.
Rodeado de paisajes por donde aún navegan los descubridores milenarios, el lector asistirá al naufragio de Percy Shelley, al melancólico retiro en Villa Magni de Mary Shelley, los pasajes escritos por Eugenio Montale e Italo Calvino y, entre muchos otros momentos memorables, al traslado de los Rolling Stones y sus familiares a Villefranchesur-Mer para «buscar un entorno fiscal más benigno que el de su país». Hasta donde la Riviera es Riviére.
Este itinerario de la fascinación comienza en el Golfo de los Poetas, desde donde el autor le seguirá el rastro a la troupe de nuestros soldados de la extravagancia, a través de una ruta inundada de paisajes enmarcados en un tiempo antiguo, que inocularon en estos artistas el impulso vital que les permitió atravesar los escenarios que ellos mismos creaban. Unos escenarios por los que caminaron otros autores como Charles Dickens en busca de un pedazo de la vida de Byron y de los Shelley. Playas, plazas, calas y cafés donde la literatura es turismo y el turismo, literatura.
Un recorrido a caballo entre lo mundano y lo divino que revive también a algunos pintores que así mismo frecuentaron estas tierras de la ensoñación incluso más que los poetas, como el suizo Arnold Böcklin y su cementerio marino que se cuela entre los restos de la Torre Scola, una de las revelaciones del libro.
En las páginas de Siete días en la Riviera (Editorial Catedral) conviven los fantasmas de los visitantes antiguos con los huéspedes de un viernes cualquiera de verano. El lector se convierte en espectador de los grandes decorados de Villa Nellcote (la residencia de Keith Richards) donde cobraron vida obras como «Happy», “Sweet Virginia” o “Loving Cup”. Allí fue donde las composiciones marinadas a la brisa salada de la bahía de Villefranche levantaron el vuelo para dar forma a uno de los discos más icónicos de principios de los 70. La magia que surgió entre buganvillas y cafés de media tarde fue retratada por el fotógrafo Dominique Tarlé, quien convivió con Richards, Anita Pallenberg y su hijo Marlon.
Al ritmo de «Rocks Off» paseamos por los restos del famoso Hotel Croce Di Malta, del que solo queda un torreón en la parte superior y en el que se alojaron huéspedes como Henry James, Stendhal, Flaubert, Mark Twain o Giuseppe Verdi. Rememoramos también el poema que dejó inconcluso Shelley en su estancia en estos parajes antes de embarcarse en el último viaje de su vida, «The Triumph of Life», que no es otra cosa mas que la materialización de la fascinación por la naturaleza y la búsqueda de el lujo más precioso, la evasión.
El descubrimiento de los retazos de vidas pasadas, el gran poder evocador del autor y los parajes casi líricos que se resisten a olvidar, hacen de este libro «el escenario perfecto para dejar la mente en blanco y que comparezcan en ella los espectros que, pluma en mano, escribirán la historia que hemos venido a encontrar.»
Miquel Molina (Barcelona, 1963) es periodista. Director adjunto de La Vanguardia desde 2013, antes trabajó en El Periódico, El Periódico de Aragón y Segre. Publica cada domingo una página de opinión centrada en la cultura y las ciudades. Ha escrito varios ensayos y novelas. En 2010 recibió el premio a la Comunicación No Sexista que concede la Associació de Dones Periodistes de Catalunya.
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