Nos acercamos a la costa noreste de Queensland, en Australia. Nuestro destino es un escenario paradisiaco que con su sola contemplación nos deja sin respiración. Buscamos un conjunto de alrededor de setenta pequeñas islas, en su gran mayoría deshabitadas, que están ubicadas en la Gran Barrera de Coral australiana, la formación de arrecifes más extensa del planeta, un espacio lleno de vida que, debido a sus importantes dimensiones, puede verse incluso desde el espacio.
Nuestro destino se llama Whitsundays, un archipiélago tropical formado por pequeños trocitos de paraíso de arena blanca y suave y aguas cristalinas increíblemente bellas. El hecho de que todas las islas se encuentren en el corazón de la Gran Barrera de Coral convierte a este destino en un lugar especialmente buscado por los aficionados al buceo, viajeros que llegan ansiosos de descubrir el valioso ecosistema que se esconde en este punto del planeta, ya que estamos en el hogar de miles de especies de coloridos peces, tortugas, estrellas de mar y otros muchos habitantes marinos que residen en este inmenso jardín de arrecifes de coral.
Entre las numerosas playas que ofrecen las islas Whitsundays destaca especialmente la de Whitehaven. Su sugerente nombre ya nos anuncia un escenario de postal. De hecho, su belleza la ha hecho merecedora del título de la playa más bonita del mundo en numerosas ocasiones. Además, otro de sus grandes atractivos es que no se trata del típico lugar masificado. Esta playa es pedacito de naturaleza que enamora a aquellos que la visitan.
Cuando nos referimos a las islas Whitsundays y las describimos como un escenario de postal lo hacemos de forma literal, ya que este paraíso posee rincones cuya imagen se ha difundido por todo el mundo, convirtiéndose en muchas ocasiones en el fondo de pantalla de ordenador más popular. Ese es el caso del famoso corazón de coral, cuya forma resulta inspiradora y especialmente apreciada por los más románticos. La mejor forma de verlo en toda su dimensión es sobrevolando la zona en un helicóptero.
Estas islas australianas son un lugar privilegiado, tanto por su fauna como por su flora marina, un espacio de rica naturaleza que espera nuestro respeto y cuidado. Navegar sobre aguas de color turquesa que se funden con el horizonte, bucear entre arrecifes de coral o encontrar la paz y el relax en sus solitarias y espectaculares playas son algunas de las atractivas propuestas de las islas Whitsundays, experiencias capaces de activar al máximo nuestros sentidos y que siempre resultan inolvidables.
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