Nos acercamos a la zona centro oriental de Cerdeña, la gran y bellísima isla italiana abrazada por el Mediterráneo. La naturaleza en estado puro es la gran seña de identidad de este punto del planeta rodeado de aguas color turquesa y salpicado por fascinantes grutas marinas. El paisaje es uno de los grandes valores de este destino de esencia marinera.
Nos acercamos hasta la pequeña localidad de Dorgali, un lugar rico en patrimonio cultural que cuenta con varios yacimientos arqueológicos. Además, en la población destaca su artesanía –cerámica, trabajos en madera o piel, etc.-, una labor que conserva la arraigada tradición popular de este punto de la isla.
Dorgali exhibe un paisaje fascinante en el que encontramos uno de los motivos que nos han traído hasta aquí: Cala Gonone. Esta pequeña fracción marina forma parte de Dorgali y en ella se encuentra una pequeña cala, llamada también Gonone. Es inaccesible por tierra, detalle que la preserva y mantiene como una de las más vírgenes de toda Cerdeña. Si queremos llegar hasta este bonito rincón lo haremos navegando. Cuenta con un fondo marino de poca profundidad, característica que convierte este punto en un lugar ideal para darse unos cuantos chapuzones.
Esta cala ha sido declarada Monumento Natural de Cerdeña, algo que queda más que justificado si tenemos en cuenta sus cristalinas aguas y las espectaculares formas que adoptan las rocas que la envuelven.
Cala Gonone está ubicada en el golfo de Orosei, una maravilla natural con increíbles acantilados, bahías, cuevas, calas y aguas extremadamente transparentes que bañan las playas más espectaculares de toda la isla, a muchas de las cuales no se puede acceder por carretera, siendo tan solo posible visitarlas tras un largo y agradable paseo. El golfo de Orosei se encuentra a unos 140 kilómetros de Cagliari, la capital de Cerdeña.
Entre otras bellezas, el golfo de Orosei acoge a otra de nuestras protagonistas: la aguja de Goloritzé: una gran roca de más de 150 metros de altura con forma de obelisco situada en la cala Goloritzé. Su imponente imagen domina el paisaje y se ha convertido en todo un reto para los aficionados a la escalada. Este monolito rocoso con vistas al mar es el gran símbolo de este punto de Cerdeña.
Estos son solo algunos de los muchos lugares de esta bella isla mediterránea que nos harán pensar que hemos llegado al paraíso.
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