​Un fin de semana en el Pulgarcito de América

San Salvador es la capital más antigua de Centro América, una ciudad fundada en el año 1524 que crece constantemente con grandes rascacielos e infraestructura a una velocidad impresionante, siguiéndole el paso a Ciudad de Panamá, llamada por muchos como la Dubái de Latinoamérica. 

Esta ciudad colorida y de contrastes recibe más de 2 millones de turistas al año, ofreciendo un precioso centro histórico para deleitar a sus turistas con spots fascinantes como la colorida Iglesia el Rosario, la Catedral Metropolitana de San Salvador y la Plaza Libertad ideales para explorar sitios que reflejan la riqueza cultural y arquitectónica de este país. 

El Salvador fue víctima años atrás de peligros e inseguridad, pero cada día deja esa fama a un lado y se consolida como uno de los destinos más innovadores, atractivos y con mayor acogida por turistas de todo el mundo que visitan Centro América. Este país está llamando la atención de muchos por sus preciosas playas en el Océano Pacífico, sus fascinantes sitios para surfear, su encantador paisaje montañoso y su mágica ruta de las flores. 

La ruta de las flores es una encantadora travesía de 35 kilómetros sobre la cordillera Apanec- Llamatepeq en el occidente del país. Con un clima agradable y fresco podrán recorrer fincas cafeteras, bosques tropicales con cascadas, deliciosa gastronomía en pueblos como Ataco y fascinante arquitectura en ciudades coloridas como Juayúa. 

Definitivamente mi lugar favorito en esta visita por El Salvador fue la finca cafetera de Café Albania, ubicada en Apaneca, dentro de la ruta de las flores y que ofrece un enorme laberinto de 2000 metros cuadrados con jardines que como en las películas tardarás horas en atravesarlo y encontrar su salida. Pero Café Albania es todo un parque de atracciones ideal para los amantes de la adrenalina con experiencias fascinantes como tirolesas de bicicleta, tirolesas en tabla de surf, puentes colgantes, caída libre de bungee jumping, entre muchas atracciones más. 

Un spot imperdible y mágico en El Salvador es el lago Coatepeque que descresta e hipnotiza con sus aguas de color azul intenso, pero en ciertos momentos arriba una especie de alga que transforma el tono del color en turquesa como si fuera el mismísimo Mar Caribe.  En este lago puedes disfrutar de un paseo en lancha, contemplar vistas románticas desde sus miradores y deleitarse de las exquisitas pupusas y gastronomía tradicional en sus cientos de restaurante alrededor de esta formación natural. 

Para los amantes de la historia y la arqueología les aconsejo pasarse por las ruinas de Tazumal, una zona arqueológica apoteósica que de hecho fue el primer parque arqueológico del país y uno de los más antiguos de Centro América donde podrán divisar dos pirámides, un juego de pelota y grandes edificaciones por haber sido un centro ceremonial maya. 

Hay cientos de playas preciosas alrededor del país como El Tunco reconocida por tener arena volcánica y por su icónica piedra que forma la imagen de un tunco, es decir un cerdo. Esta playa es visitada por surfistas de todo el planeta y ha sido locación de campeonatos de este deporte a nivel mundial, gracias al oleaje alto que tiene durante todo el año. 

Como recomendado de hospedaje un ideal es el Hotel Crowne Plaza, sin duda alguna el mejor en la ciudad; con un amplio y variado desayuno buffet; instalaciones modernas, elegantes, vanguardistas y un servicio extraordinario que te harán descansar y disfrutar de unos días relajados. 

Esta aventura termina en El Salvador, pero los veo muy pronto en otro rincón del planeta. ¡Hasta la vista, babys!