Nos acercamos hasta uno de los cincuenta estados que forman los Estados Unidos de América. Visitamos Alaska, el mayor en extensión y, probablemente, el que presenta uno de los climas más fríos. Estamos en un estado muy poco poblado, especialmente si nos alejamos de sus dos ciudades más importantes: Anchorage y Juneau, la capital.
Este punto del planeta cuenta con una riqueza natural espectacular. Es, sin duda, uno de sus grandes valores. Pinos, olmos, robles y otras especies de árboles pueblan estas tierras junto a grandes extensiones de hierba que se ven salpicadas por hermosos lagos. En este lugar increíble habitan numerosas especies de animales, tanto en la tierra –osos, lobos, alces, castores, etc.- como en el mar –focas, morsas, ballenas, etc.-.
Precisamente, el disfrute de la naturaleza es el motivo que nos ha traído hasta Alaska. Buscamos el Bosque Nacional de Chugach, situado en el sur del estado. Es el segundo más grande del país y presenta unos paisajes espectaculares: glaciares, ríos, lagos, montañas…, y una abundante vida silvestre. Es el lugar ideal para aquellos que buscan aventura, naturaleza en estado puro y aire limpio, ya que es un lugar que se encuentra protegido de cualquier tipo de explotación comercial.
Todo el territorio que en la actualidad ocupa el Bosque Nacional de Chugach fue colonizado en el pasado por los alutiiq, un pueblo indígena que habita la costa sur de Alaska y que habla una lengua esquimal. La llegada de los europeos no se produjo hasta el siglo XVIII, para más tarde recibir también a numerosos comerciantes de pieles procedentes de Rusia.
El Bosque Nacional de Chugach es un lugar muy apreciado y frecuentado, siendo visitado por más siete millones de viajeros al año. Este territorio abarca nueve ecosistemas diferentes que incluyen bosques de abetos, humedales costeros y tundra alpina. Además, buena parte del territorio siempre permanece cubierta de hielo. Está reconocido como uno de los puntos del planeta con mayor biodiversidad.
Antes de marcharnos del Bosque Nacional de Chugach, estaría bien tener la oportunidad de ver unos de los espectáculos celestes más fascinantes: la aurora boreal. Es espacio natural es un lugar ideal para contemplarlas y llevarnos un recuerdo muy especial de nuestra visita a este bosque alaskeño.
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