Está demostrado que la creatividad de la naturaleza es inagotable. La colección de maravillas que nos brinda es el tesoro más valioso que disfruta el ser humano. La imaginación de la madre naturaleza nunca pierde la inspiración y sus dotes artísticas llegan a dejarnos boquiabiertos.
Precisamente, nos acercamos a uno de esos lugares cuya visión nos deja casi sin respiración. Se encuentra en el estado norteamericano de Wyoming y forma parte del increíble Parque Nacional Yellowstone, el primero creado en el mundo, concretamente en 1872. Yellowstone es una enorme reserva natural que cuenta con nueve mil kilómetros cuadrados de rica naturaleza, es un punto del planeta impresionantemente bello y poderoso que oculta una intensa actividad geotérmica al contar con una de las mayores concentraciones de géiseres del mundo.
Uno de los grandes atractivos de este parque de EEUU son sus numerosas y coloridas fuentes termales en plena ebullición, un auténtico espectáculo para la vista. Una de ellas es nuestra protagonista. Hablamos de la Gran Fuente Prismática, un fascinante arcoíris que se ha convertido en una de las grandes atracciones de Yellowstone. Con sus cerca de cien metros de diámetro, es la mayor de todas las fuentes termales del parque, y también la más fotografiada.
Sin embargo, todo lo que tiene de bella también lo tiene de peligrosa, especialmente si tenemos en cuenta que el agua que se concentra en su piscina central puede llegar a alcanzar temperaturas de más de ochenta grados, por lo que la vida en este lugar es casi imposible y la idea de un baño no sería nada recomendable. Además, emite constantemente grandes cantidades de vapor que impiden acercarse demasiado.
Lo más llamativo de este fenómeno natural es el juego cromático de sus aguas. Es una fuente multicolor que va variando sus tonalidades en función de la época del año, la intensidad de luz solar y, especialmente, por la presencia de los minerales del fondo y de las bacterias pigmentadas que se acumulan en los bordes de la fuente termal, donde la temperatura no es tan elevada, y proporcionan colores intensos como el azul, el verde, el rojo, el amarillo… ¡El espectáculo es fascinante!
La Gran Fuente Prismática es la tercera más grande del mundo. La mayor de todo el planeta se encuentra en Nueva Zelanda, seguida por la que se encuentra en la caribeña isla de Dominica.
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