​Las cuevas del templo de Oro de Dambulla

Nos acercamos a una isla muy cercana a la India, un lugar del mundo descrito por muchos viajeros como un auténtico edén. Viajamos a Sri Lanka, un territorio con una rica cultura, una espiritualidad milenaria y donde la naturaleza se expresa con total libertad. La antigua Ceilán es una tierra de gentes alegres y acogedoras, un lugar de gran belleza y diversidad paisajística con impresionantes playas, bosques, montañas y vetustas ciudades, muchas de ellas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Conocida como la perla del Índico, esta isla, también famosa por su magnífico té,  siempre ha ejercido una gran fascinación sobre aquellos que la han visitado. Nuestro destino se encuentra en el distrito de Matale, a unos 170 kilómetros de Colombo, la capital y ciudad más poblada de Sri Lanka. Nos dirigimos al templo de Oro de Dambulla, uno de los lugares más impresionantes de la isla, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 

Lo primero que llama la atención del lugar es una enorme y monumental figura de Buda de color dorado y rodeado de todo tipo de ornamentos. Es solo una imagen de reciente creación levantada a modo de gran fachada que guarda lo importante en su interior. 

El templo es un gran entramado formado por numerosas cuevas, aunque solo cinco se consideran de importancia principal y se encuentran dentro del recinto, representando  la auténtica atracción del complejo. Las cuevas contienen templos en su interior, en los que puede verse una gran cantidad de estatuas de buda, más de 150, además de otras imágenes de dioses y reyes. Las paredes de las cuevas están cubiertas de pinturas murales que representan diferentes escenas que tienen a Buda como protagonista. 

Todo el conjunto se encuentra sobre una colina que se eleva unos 150 metros, por lo que el acceso al recinto incluye un buen paseo cuesta arriba. Este complejo de templos se remonta al siglo I a.C. y en la actualidad sigue siendo un lugar de peregrinaje de muchos fieles que se acercan al lugar para rendir culto a Buda. 

Entre los visitantes habituales de este lugar también se encuentran los pequeños monos que habitan en los alrededores y que, atraídos por la actividad del templo, suelen acercarse al complejo. 

Cabe destacar que el templo de Oro de Dambulla se encuentra a menos de veinte kilómetros de otro de los lugares destacados de Sri Lanka. Hablamos de Sigiriya, un conjunto arqueológico situado en la cima de una gran roca que acoge diferentes templos, un palacio, jardines y otros enclaves emblemáticos. Sigiriya es también conocido como la Roca del León, nombre que se entiende rápidamente cuando se descubren las dos enormes garras leoninas esculpidas en la piedra que se encuentran en la entrada que da acceso al lugar.