Cheonjiyeon, la bella cascada surcoreana

Nuestros pasos se dirigen a Corea del Sur, uno de los países asiáticos más atractivos, aunque aún bastante desconocido para el turista occidental. Este territorio posee una increíble naturaleza y un gran patrimonio arquitectónico y cultural: templos y santuarios milenarios, antiguos palacios reales, imponentes fortalezas…, construcciones históricas que conviven en perfecta armonía con los nuevos diseños urbanos de sus principales ciudades, como Seúl, su capital.

Nuestro destino se encuentra bastante alejado de esta importante urbe. Nos acercamos al sur del país para encontrarnos con un pequeño paraíso natural declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Hablamos de la isla de Jeju, un territorio que también es Reserva de la Biosfera y Geoparque Global. Tanto reconocimiento se debe a que reúne un buen número de maravillas naturales y posee un paisaje espectacular.

Esta pequeña isla surcoreana es el hogar de nuestra protagonista: la cascada Cheonjiyeon, un fascinante salto de agua cristalina, de más de veinte metros de altura, que se ha ganado el reconocimiento de Monumento Natural junto a la gran cantidad de plantas y árboles que la rodean, un conjunto de naturaleza protegida que resulta todo un espectáculo tanto de día como cuando llega la noche, gracias a las instalaciones de iluminación nocturna que posee el lugar.

El nombre Cheonjiyeon significa ‘cielo conectado con la tierra’, detalle que nos pistas de las maravillas naturales de este punto del país. El potente caudal de agua de esta cascada cae desde el acantilado rocoso provocando un sonido atronador. Es toda una experiencia contemplar este salto de agua desde los miradores instalados en la zona.

Estamos en el hogar de las anguilas jaspeadas gigantes, una especie protegida que puede llegar a alcanzar los dos metros de largo. Son carnívoras y de costumbres nocturnas. Suelen esconderse entre las plantas acuáticas hasta que llega la noche, momento en el que salen a buscar su cena, por lo que resulta bastante complicado llegar a ver algún ejemplar.

El acceso a la catarata es un sendero, de aproximadamente un kilómetro, que recorre un bello paisaje. Junto al estanque, a pocos metros de encontrarnos con la cascada, se han de atravesar dos pequeños puentes de piedra, detalle que nos indica que nuestro destino está muy cerca. A lo largo del camino no estamos solos, pues nos acompañan algunos guardias de piedra, pequeñas estatuas tradicionales que proporcionan un ambiente muy especial al lugar.

Una de las actividades más practicadas en la isla de Jeju es salir a buscar cascadas. Efectivamente, Cheonjiyeon no es la única, aunque sí es una de las más espectaculares. Como ejemplo, cabe destacar que muy cerca también se encuentra otro salto de agua que vale la pena visitar: la cascada Jeongbang. Cuenta con la peculiaridad de que sus aguas caen directamente al mar.