Lo que comenzó como una tendencia es ahora una norma que ha redefinido la forma de viajar de los españoles. El creciente interés por cuidar nuestro entorno y ser cada vez más “verdes” se ha extrapolado al mundo de los viajes, dando pie a un auge del turismo ecológico que ha llegado para quedarse, a tal punto que las escapadas propiamente ecológicas ya se posicionan entre las más demandadas y tan sólo en el último año las reservas han incrementado un 115%, según datos de Weekendesk.es, portal especializado en escapadas temáticas.
¿Qué hacen con los residuos? ¿Dependen del plástico? ¿Usan energías renovables? ¿Sistema de iluminación de bajo consumo? Estas son algunas de las preguntas que se hacen muchos turistas ecofriendly e, incluso, aquellos que no se consideran como tal, pero que se sienten de alguna manera responsables del impacto que tienen sobre el medioambiente. Es por ello que muchos hoteles han decidido embarcarse en esta preocupación y comenzar una transformación hacia lo ecosostenible.
“El turista ecológico es considerado ya un perfil de consumo consolidado que ha venido a contribuir a la transformación de la industria del turismo hacia un modelo más sostenible. Los establecimientos han aprovechado este auge para poner en marcha estrategias, no sólo para responder a la demanda, sino también para introducir innovaciones tanto en su infraestructura como en su modelo de negocio y los productos que ofrecen, a fin de garantizar a los viajeros una experiencia original, placentera e inolvidable”, explica Brigitte Hidalgo, directora de operaciones de Weekendesk.
Entre las medidas implementadas figuran: iluminación coeficiente, apuesta por las energías renovables, garantía de un espacio 100% libre de humos, políticas de reutilización de toallas y sábanas, uso de productos sin aditivos contaminantes, reducción/eliminación de plásticos y la instalación de sistemas de reciclajes, entre otras.
Una de estas iniciativas es #ClimateAct, de la que es firmante Weekendesk a nivel global y con la que se compromete a medir la huella de carbono y tomar medidas eficientes para reducir las emisiones de CO2.
Claves para un turista eco de matrícula de honor
Llegar a ser un viajero sostenible ahora es más sencillo de lo que se puede imaginar. Sólo hay que introducir ciertos cambios de hábitos para lograrlo. Weekendesk.es, por el Día Mundial del Clima que se conmemora el 26 de marzo, revela cómo ser un turista ecológico sin renunciar al placer de viajar y pasarlo bien en las vacaciones.
● Viajes cerca de casa y en transportes ecológicos. El viaje comienza por el desplazamiento y para ello es esencial saber escoger, no sólo el transporte sino el destino, ya que mientras más cerca viajemos de casa menos huella de carbono dejaremos. Un verdadero ecofriendly se decanta por las escapadas de fin de semana al pueblo de al lado o a esa montaña que contemplamos desde la ciudad todos los días cuando vamos a trabajar. De hecho, la distancia promedio de las escapadas es de unos 133 kilómetros, y la mayoría de las veces es para quedarse en la misma provincia o comunidad. Y todo esto tiene más beneficios de lo que te imaginas: además de reducir el impacto ambiental fomentaremos el turismo doméstico y la producción local.
● Siempre en conexión con la naturaleza. Un entorno natural, apartado de los grandes centros urbanos, garantiza una experiencia única de interacción con la madre tierra. Excursiones, rutas de senderismo, escalada, acampadas… son algunas de las actividades que deberían figurar en la agenda de cualquiera que se precie de ser un viajero sostenible. La mejor fórmula son los paquetes que integren todo: hotel ecológico + actividades para mimetizar con el entorno, como este plan en un precioso pueblo de Castilla y León que incluye un relajante viaje en barco.
● Dormir en plan responsable. El alojamiento es pieza clave y en lo que más se fijan los turistas ecofriendly. En esto ponen atención hasta en el más mínimo detalle: utilización de recursos, origen de los alimentos, sistemas de iluminación… todo un check-list en el que no se puede omitir nada ¿Y el gasto? Es lo secundario, tanto es así que el gasto medio ha aumentado un 22%, alcanzando los 184 euros por paquete, según Weekendesk. Para ellos el cuidado del medioambiente no tiene precio.
● Es un eco-foodie en toda regla. Una de las mayores preocupaciones de estos viajeros es la procedencia de los productos que consume. De ahí, su enorme preferencia por la comida realmente local y hecha con productos realmente naturales. Tal es este afán que planes que incluyen experiencias gastronómicas, como esta escapada en medio de la montaña en Asturias con cena gastronómica de 3 platos típicos y visita a la ganadería del hotel, acaparan el 71% de las reservas.
● Ecológico, pero siempre con ganas de disfrutar. Ser un turista sostenible no significa renunciar a los placeres de la vida, por el contrario: vive a plenitud, pero siempre de forma responsable. Este tipo de viajeros disfruta de la vida más de lo que parece y es amante de cualquier experiencia que se traduzca en bienestar. Los ecocentros, balnearios, spas, masajes, sauna… son parte de su rutina de vacaciones y suponen el 24% de las reservas. Algunos aprovechan para recorrer sitios culturales aprovechando la riqueza patrimonial. Mimetizar con el entorno es la meta.
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