​El castillo de Moyland y sus bellos jardines

Viajamos hasta Alemania. Nos acercamos a una población situada a unos setenta kilómetros de distancia por carretera de Düsseldorf. Estamos en Bedburg-Hau, un municipio del estado de Renania del Norte-Westfalia. Nuestros pasos nos han traído hasta aquí para descubrir uno de los castillos más bellos y coquetos del país: el castillo de Moyland. 

Este edificio neogótico con foso y aspecto de escenario de cuento tiene una historia que se remonta al siglo XIV, aunque su imagen ha sufrido diferentes remodelaciones a lo largo del tiempo. En sus muchos años de vida, y en diferentes épocas, esta construcción ha visto pasear por sus salones a grandes personalidades e invitados ilustres como Voltaire, Federico II de Prusia o Winston Churchill, entre otros. 

El conjunto del castillo posee un recinto cerrado rodeado por cuatro altas torres, de más de treinta metros de altura, que ofrecen una panorámica espectacular del entorno. Subir a lo más alto es una experiencia que vale la pena disfrutar. En su interior, se encuentran diferentes salas que incluyen una cafetería, la zona de exposiciones y la biblioteca, entre otras estancias. 

Actualmente, el castillo de Moyland es un edificio histórico convertido en un museo que alberga importantes colecciones de arte, además de una amplia biblioteca de arte. También son habituales las exposiciones temporales. 

El castillo está rodeado de hermosos jardines. Su jardín de hierbas es uno de los más grandes e interesantes de toda la región, pues contiene especies curiosas y exóticas, muchas de ellas llegadas de lugares otros continentes, como Asia, África o Australia. Se puede encontrar un poco de todo: plantas medicinales, hierbas culinarias o plantas ornamentales. El castillo también cuenta con un jardín de esculturas en el que se pueden contemplar obras de grandes autores como el estadounidense James Lee Byars, o el español Eduardo Chillida, entre otros muchos. 

Esta construcción recibe a numerosos visitantes durante todo el año, pero cuando llega el invierno es especialmente frecuentado por los turistas. Esto se debe a que alberga uno de los mercados navideños más populares del norte de Alemania. Con la  presencia de este mercadillo en un escenario tan especial como el castillo, se crea un ambiente casi mágico y muy animado por los numerosos puestos de artesanía tradicional.