Al norte del país galo, en Normandía, la naturaleza ha creado uno de los paisajes más singulares y espectaculares del mundo: el conocido como “Ojo de la Aguja” de la playa de la localidad de Étretat. Es un arco o puerta natural junto al mar que forma parte de los bonitos acantilados de esta zona de Francia, formaciones rocosas que sorprenden por su verticalidad y por su color blanco.
Étretat, con alrededor de mil quinientos habitantes, es un pueblo turístico gracias en buena manera al reclamo de su excepcional paisaje, del que también forma parte su bonita y plácida playa. El conjunto da vida a una postal fascinante que ha servido de inspiración a muchos artistas, entre ellos a Claude Monet, el genio impresionista que nos dejó su famoso paisaje pintado al óleo “Acantilados de Étretat”, una obra que realizó en el año 1885.
Los acantilados, que llegan a superar los ochenta metros de altura, poseen diferentes miradores a los que se puede acceder para obtener unas vistas espectaculares del entorno.
Si nos animamos a dar un paseo por la playa hasta lo alto de los acantilados, llegaremos a la pequeña y coqueta capilla de Notre Dame de la Garde, un templo de piedra que vigila Étretat desde hace más de siglo y medio. Está catalogado como Monumento Nacional y su construcción se llevó a cabo con los materiales que los propios pescadores trasladaban hasta el punto en el que se encuentra.
Tras los daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial, la capilla fue reconstruida, aunque se respetó su estructura e imagen original, por lo que sigue luciendo con su nave en forma de casco de embarcación y sus diferentes detalles relacionados con el mar.
Otra de las visitas obligadas si nos encontramos en Étretat son sus jardines, situados muy cerca de la capilla, cuya historia se inicia hace más de cien años cuando una conocida actriz francesa de la Belle Époque y un jardinero local plantaron el primer árbol en un espacio que acabaría convirtiéndose en un jardín muy especial que en la actualidad cuenta con más de 150.000 plantas.
Los jardines de Étretat son una especie de museo de arte contemporáneo al aire libre, ya que conjuga la belleza natural de sus plantas con diferentes estatuas y obras de arte, entre las que llaman especialmente la atención las llamadas ‘Gotas de lluvia’, obra del escultor barcelonés Samuel Salcedo. Su creación se compone de grandes rostros humanos que expresan diferentes emociones –tristeza, alegría, asombro…- y que aparecen salpicando como gotas los arbustos y la vegetación.
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