Rafa Ocón: recorriendo el planeta a vista de dron

Rafa Ocón es un logroñés que desde bien temprano supo que no quería conformarse con soñar con viajes, y decidió convertir su deseo en realidad. Se embarcó en la gran aventura de dar la vuelta al mundo en solitario con solo 24 años. A partir de ese momento, recorrer el planeta forma parte de su forma de vida, actividad que combina a la perfección con su profesión. Se formó en diferentes universidades (Zaragoza, Londres, Sevilla…), y desde hace años se dedica al sector de la publicidad, la imagen audiovisual y el diseño. 

Descubrir el mundo del dron ha supuesto un antes y un después en su manera de viajar y en su día a día profesional. Siempre le había interesado esa tecnología y se lanzó a exprimir al máximo todo su potencial. En la actualidad, los drones son compañeros inseparables en sus viajes. Conversamos con él para saber cómo se ve el mundo a vista de dron. 

Sentimos curiosidad por saber a qué se debe el nombre de tu web viajera: ‘Un millón de elefantes’. 

Bueno, el proyecto surgió después de un viaje a Laos, el país del “millón de elefantes y la sombrilla blanca” como se le conocía antiguamente. 

Tu primer gran viaje consistió en lanzarte a la aventura de dar la vuelta al mundo en solitario. Era el año 2003 y la idea surgió en un tren que realizaba el trayecto entre Graz y Salzburgo. Cuéntanos cómo fue. 

Cuando vivía en Austria, en un trayecto en tren coincidí en el mismo vagón con una viajera que estaba dando la vuelta al mundo. Hasta ese momento pensaba que “dar la vuelta al mundo” era algo que solo pasaba en las películas o en los libros… Pero ese encuentro despertó un sueño y unos meses después estaba con la mochila en la espalda haciéndolo realidad. A veces los encuentros en la vida pueden parecer casuales, pero después de viajar mucho y vivir cientos de aventuras y desventuras en los últimos años, creo que esos encuentros ocurren por algo, algo difícil de explicar pero que poco tiene que ver con la casualidad. 

Algunos años más tarde llegó tu segundo gran periplo: de Alaska a la Patagonia. En esta ocasión no viajabas solo. Iniciaste el viaje en pareja, aunque en el regreso ya erais tres. ¿Quiénes te acompañaban y cómo fue aquella aventura? 

Sí, la siguiente gran aventura fue en pareja y para cumplir otro gran sueño que era atravesar América de punta a punta por tierra. En ese momento, 2012, dejar un trabajo estable, una empresa y todo lo que teníamos en España para recorrer América parecía una locura pero, una vez más, esa decisión, la gente que conocimos por el camino, los encuentros, los momentos buenos y los malos fueron escribiendo una nueva historia en nuestras vidas. Finalmente y después de dos años regresamos tras llegar a Ushuaia con un nuevo “aventurero” que nos regaló la vida, y por eso lo llamamos Aiken, que significa vida en mapuche. Habíamos salido dos, pero regresábamos tres y la aventura continuaba aunque de otra forma… Je, je. 

Tras este viaje nació el libro ‘De Alaska a la Patagonia’, uno de los cinco que tienes publicados. Además, habéis recorrido muchas ciudades ofreciendo conferencias sobre vuestras experiencias durante el trayecto. ¿Recuerdas alguna que te apetezca destacar? 

La verdad que todas tuvieron algo especial. Nuestro hijo creció, desde que tenía cinco meses, en una autocaravana yendo de aquí para allí, en los brazos de personas que venían a ver nuestras conferencias y que lo cuidaban mientras firmábamos libros. Fueron unos años muy intensos y bonitos, compartiendo esa experiencia de vida, mientras vivíamos una nueva aventura sobre ruedas. 

En muchas ocasiones fuimos a colegios que estaban leyendo nuestros libros a dar charlas y el recibimiento de los niños, el cariño, la admiración que demostraban por los protagonistas de sus lecturas, era algo maravilloso, muy emocionante y que no se puede pagar con dinero. 

También habéis recorrido España en bicicleta, concretamente el Camino de Santiago. Aiken, vuestro peque, fue el gran protagonista. ¿Cómo fue este viaje en familia? 

Después de haber recorrido España en una autocaravana durante varios años, decidimos arrancar un nuevo proyecto pero esta vez en bicicleta recorriendo el Camino de Santiago. Aiken tenía dos años y medio en ese momento y una vez más fue todo un reto hacer el Camino con un niño tan pequeño y al mismo tiempo documentar todo el recorrido audiovisualmente para publicar nuestro siguiente libro: “¡Buen Camino!”. Estuvimos 35 días para completar el recorrido desde Roncesvalles hasta Finisterre y una vez más los encuentros con otros peregrinos y todas las vivencias del camino hicieron que todo el esfuerzo mereciera la pena. 

¿Cuándo llega el dron a tu vida? 

Desde siempre había tenido contacto con el mundo del Radio Control y me gustaba. En 2012-2014, durante el viaje por América, surgieron los primeros drones comerciales, los primeros Phantom, pero eran demasiado grandes para un viaje mochilero… Sin embargo ya estaba empezando a interesarme esa nueva tecnología. A mi regreso ya tuve contacto con el mundo dron, grabando algunas imágenes para el tráiler del libro con octocopteros y cámaras profesionales que a día de hoy ya están totalmente obsoletos. Luego compré un Mavic Pro, el primer dron plegable, y empecé a utilizarlo para mis proyectos audiovisuales, y luego otro, y otro…, y así hasta el día de hoy donde los drones se han convertido en protagonistas indispensables en mis viajes, de mis vídeos y aventuras. 

En este ámbito te presentas como Dron Gurú, además eres instructor de vuelo. Imaginamos que esta herramienta te ha descubierto miles de posibilidades en tus viajes. ¿Cómo es viajar a vista de dron y cómo te ha cambiado tu concepto del viaje? 

La verdad que el sueño de volar y descubrir lugares a vista de pájaro es algo que al igual que muchas personas, yo lo he tenido desde pequeño. Los drones de alguna forma me han ayudado a cumplir ese sueño de “volar” y ver todo desde otra perspectiva. Y poder incorporar estas imágenes aéreas en mis proyectos y en mis viajes, lo ha cambiado todo desde el punto de vista audiovisual. Como era un sector nuevo, decidí aportar mi conocimiento de filmación terrestre al mundo de los drones y es así como formé la Escuela de Pilotos Drone Guru y me hice instructor, tanto para las formaciones oficiales que se exigen a los pilotos de drones como creando mis propios cursos sobre filmación aérea. 

Hace unas semanas estuviste en el volcán de La Palma recogiendo imágenes de la erupción con tu dron. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Era la primera vez que filmabas junto a un volcán? 

Había estado en muchos volcanes en el círculo de Fuego del Pacífico, pero nunca había visto uno tan activo y al que me pudiera acercar tanto a las coladas incandescentes. La verdad es que fue una experiencia inolvidable, tanto por lo espectacular del fenómeno natural como por la devastación que ha provocado en toda la zona afectada. Me siento privilegiado de haber podido estar allí cubriendo este suceso y capturando imágenes aéreas con mi operadora, pero como siempre digo la suerte es para los que la buscan, porque cuando fui la primera vez a La Palma no tenía permisos para volar ni contactos, y aun así fui allí, lo intenté y finalmente lo conseguí. 

¿Tienes solo un dron o trabajas con varios tipos diferentes? ¿Has llegado a perder alguno en pleno vuelo? 

Ahora mismo tengo unos 15 drones, voy comprando y vendiendo. Cada uno tiene una función o un uso particular según el escenario, las necesidades y también la permisibilidad de volar drones según sus pesos. A lo largo de todos estos años he tenido muchos accidentes e incidentes, cuando vuelas mucho es cuestión de tiempo que algo pase, bien por error del piloto o del propio dron, pero lo importante es tratar de minimizar esas probabilidades. Sin embargo, aunque he tenido muchos accidentes, nunca he perdido un dron, siempre los he recuperado en mejor o peor estado. Creo que es también parte de mi personalidad esa tenacidad para no dar un dron por perdido… Je, je. 

¿En qué lugar o circunstancia te ha resultado más placentero volar tu dron y en qué momento has corrido riesgos o sufrido alguna situación complicada? 

Después del proyecto del Camino de Santiago realizamos otro proyecto en el que recorrimos Europa plantando árboles durante nueve meses: el “Green Pirate Proyect”. En esa ocasión recorrimos unos 20 países y llegamos hasta Turquía. Guardo muy buen recuerdo de unos días que estuve recorriendo la Capadocia en bici, haciendo vivac encima de esas increíbles formaciones y volando al amanecer, cuando los globos aerostáticos empiezan a despegar, con una luz mágica mientras el sol se despierta… creo que es uno de esos recuerdos que tenemos los pilotos que no olvidaré nunca. 

No cabe de duda de que eres una persona con espíritu renacentista, porque a todo lo anterior hemos de sumar tu novedosa editorial en la que creas libros físicos, de los de toda la vida, pero con códigos QR para ampliar contenidos. ¿Son libros de viajes o también de diferentes temáticas? 

Sí, cuando regresamos de América con tanto material audiovisual y actividades, expediciones y aventuras tan divertidas, nos planteamos hacer un libro “audiovisual”. Era un concepto que no existía en 2015, así que decidí crear nuestra propia editorial LibrosQR.com, un nuevo concepto de libros que permitirían ver vídeos, escuchar música, ver mapas, ilustraciones o fotos, dejar comentarios… y, en definitiva, vivir el viaje de una forma más cercana a los viajeros. Los libros tuvieron muchísimo éxito, publicamos tres ediciones en menos de un año del libro “De Alaska a la Patagonia en elefante”, luego creamos una edición escolar en tres tomos para niños que usan en más de 50 colegios de España. La verdad es que el concepto es muy innovador y a los niños les encanta, pero es muy difícil competir en este sector con las grandes editoriales donde lo que prima es el beneficio. 

Estamos seguros de que alguien tan activo como tú se encuentra en la actualidad planeando nuevos proyectos. Háblanos de ellos y de tu próximo viaje, de tu próximo libro y de tu próxima aventura en compañía de un dron. 

La pandemia me ha tenido como a todos “encerrado”. He viajado por España cuando se ha podido pero ya tengo mi mente viajera puesta en Indonesia y mis inquietudes en un proyecto solidario en Latinoamérica donde los drones sean protagonistas y herramientas al mismo tiempo. En cualquier caso, voy poco a poco, porque el Covid nos ha enseñado que no podemos hacer planes de futuro, sino que tenemos que disfrutar del presente. Además, este 2022 repetiremos el DroneFuture, el primer congreso internacional de drones que es otro gran sueño que tenía en mente desde hace tiempo y, por fin, en 2021 pudimos celebrarlo con un tremendo éxito entre todos los asistentes. 

¡Así que seguiré viajando, desarrollando proyectos y, ojalá, cumpliendo sueños!