​El monasterio de Barsana, un bello templo en la región de las iglesias de madera

Nos acercamos al norte de Rumanía. Nuestro destino se encuentra en Maramures, una bella región envuelta por montañas que destaca por sus costumbres, tradiciones y, especialmente, por el arte de la talla en madera. Este territorio cuenta con treinta zonas naturales protegidas que ofrecen paisajes increíbles salpicados por pequeños pueblos, ríos, cascadas, lagos, cuevas… 

Pero si por algo es conocida esta región rumana es por sus espectaculares iglesias de madera, templos que, a pesar de su antigüedad, continúan ofreciendo puntualmente sus oficios religiosos a los habitantes de la zona. Además, en su interior conservan hermosos frescos. Su valor cultural, histórico y religioso ha hecho que el conjunto de iglesias de madera de Maramures forme parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. 

Uno de los templos más fascinantes de este lugar pintoresco es el monasterio de Barsana, un edificio levantado con piedra y madera que parece fundirse con la naturaleza y que se encuentra entre los más bellos de Rumanía. 

Está rodeado de un jardín perfectamente cuidado que incluye un pequeño lago con un puente, elementos que consiguen crear un ambiente armónico y casi pictórico. El entorno de esta increíble obra arquitectónica del siglo XIV proporciona una gran paz y tranquilidad. El complejo cuenta con una capilla, una iglesia que posee una de las torres de madera más altas de Europa, casas de talleres y la celda de las monjas que residen en el monasterio. Además, también existe un área destinada a museo en el que puede descubrirse una interesante colección de iconos, antiguos libros y piezas tradicionales de la zona. 

El monasterio fue construido en una ubicación cercana, pero en el siglo XVIII fue trasladado hasta su situación actual. Se levantó como agradecimiento por haber logrado superar la epidemia de peste que se saldó con un buen número de víctimas. 

Sin duda, la región de Maramures presenta un atractivo carácter rural y tradicional. Sus pobladores han sabido conservar su esencia en un territorio tranquilo y plácido que goza de una naturaleza privilegiada.