Vietnam es un país que fascina al visitante. Hasta este punto del planeta llegan viajeros de todo el mundo a la búsqueda de sus increíbles playas y su exotismo. Este destino del Sudeste Asiático sorprende y cautiva con sus asombrosos paisajes llenos de contrastes, la actividad de sus ciudades, su cultura, sus templos y pagodas, su gastronomía, la belleza escalonada de sus terrazas de arroz…
Hanói, la capital, es una urbe monumental y muy hermosa, con un centro histórico formado por intrincadas callejuelas ocupadas por diferentes gremios artesanales que conviven con barrios más modernos repletos de edificios coloniales que bordean lagos de gran belleza. A algo más de 1.500 kilómetros de esta ciudad se encuentra Ho Chi Minh, la antigua Saigón, una ciudad alegre y cosmopolita repleta de puntos de interés y una completa oferta gastronómica animada por los numerosos puestos de comida callejera que se encuentran por todas partes. Con cerca de nueve millones de habitantes, esta urbe es el centro económico y cultural de Vietnam. Su actividad es tan intensa de día como de noche, con un ambiente nocturno que también ofrece múltiples opciones para disfrutar.
Sin embargo, lejos de estas y otras apasionantes ciudades existe un Vietnam más rural, tradicional y menos conocido, debido a que en raras ocasiones figura en las rutas turísticas habituales. Buenos ejemplos son las provincias de Ha Giang y de Lao Cai, nuestros destinos en este viaje.
Provincia de Ha Giang
En el norte del país, cerca de la frontera con China, se encuentra la provincia de Ha Giang, un lugar que aún permanece libre del impacto del turismo de masas y que parece haberse detenido en el tiempo.
En este territorio habitan gentes sencillas y amables que, casi en su totalidad, pertenecen a diferentes minorías étnicas con su propia cultura y tradiciones. El entorno es otro de los puntos fuertes de esta zona de Vietnam. En esta provincia se encuentra la meseta de Dong Van, declarada Geoparque Mundial por la UNESCO. Este espacio natural, de una belleza impresionante, nos regala paisajes de bosques espectaculares, montañas calizas, rocas escarpadas y las bellísimas e innumerables terrazas de arroz, unas plantaciones que otorgan al paisaje un aspecto casi pictórico, como una obra de arte viva.
El cultivo de este cereal es una práctica habitual entre la población de esta provincia vietnamita. La hermosa imagen de estos campos va cambiando dependiendo del momento en el que se encuentra el sembrado.
Una de las formas más aconsejables y habituales de recorrer la bella provincia de Ha Giang y explorar todas sus comunidades y pueblos, visitar sus pintorescos mercados y degustar su particular gastronomía es en motocicleta. Es fácil conseguir una de alquiler y nos proporciona libertad de movimiento por este territorio vietnamita todavía poco masificado y muy auténtico.
Provincia de Lao Cai
También al norte del país, a menos de 400 kilómetros de distancia de Hanoi, volvemos a encontrarnos con enormes extensiones de arrozales que nos acompañan a lo largo del camino por esta hermosa provincia vietnamita. Uno de los lugares más fascinantes de este punto de Vietnam es una pequeña y montañosa ciudad situada a más de 1.500 metros de altura. Hablamos de Sapa, un lugar remoto y genuino, especialmente atractivo para los amantes de la tranquilidad, la naturaleza y el deporte al aire libre.
Aquí se encuentra la montaña más alta del país. Conocida como Fansipan, se eleva a más de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar. El teleférico de Fansipan es uno de los más largos del mundo y sobrevuela todo el valle del Muong Hoa a una altura de auténtico vértigo. En la cima de la montaña podremos ver un templo de construcción más o menos reciente y al gran buda que se encuentra en él. Las vistas son increíbles y la experiencia difícil de olvidar.
Estamos en la zona de mayor riqueza étnica de Vietnam, en el que conviven antiguas tribus de gentes amables y sonrientes que lucen ropas tradicionales de vivos colores. Continuando con nuestro paseo por Sapa podemos animarnos a cruzar algunos puentes y pasarelas que se encuentran sobre el río Muong Hoa. También es una buena opción rodear el bello lago que posee esta ciudad, pequeño trayecto que se recorre con facilidad.
Si seguimos camino hacia algunas de las aldeas que se encuentran por la zona, también encontraremos sorpresas agradables, como cascadas y cuevas. Una de las aldeas más conocida es Cat Cat. En ella podemos conocer la forma de vida y costumbres de la etnia local. Además, si cae la noche y no tenemos ganas de volver, existe la posibilidad de dormir en una de las casitas del lugar. Es interesante adquirir alguna de las piezas de ropa o de artesanía que elaboran las mujeres de la aldea.
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