Nuestro destino se encuentra en África, el maravilloso continente que nos traslada a escenarios en el que se desarrollan miles de aventuras. El país escogido para nuestro paseo es Uganda, un territorio del este africano que, aunque no disfruta costa, es rico en lagos. Uno de ellos es el Victoria, el inmenso lago tropical cuyas aguas comparte con Tanzania y Kenia.
Lejos de Kampala, la capital del país, a algo más de quinientos kilómetros de esta urbe algo caótica y llena de actividad, nos encontramos con el lugar que hemos venido a visitar: el Parque Nacional del Bosque Impenetrable de Bwindi, un espacio de naturaleza privilegiada que cuenta con la declaración de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Esta extensa selva virgen, situada a más de dos mil metros sobre el nivel del mar, posee un rico ecosistema en el que conviven miles de especies de flores, árboles, aves y mamíferos. Las complicaciones del terreno y su densa vegetación hacen que internarse en este bosque resulte algo complicado, de ahí que su nombre vaya acompañado del adjetivo ‘impenetrable’. Esta circunstancia también ha favorecido que sea el hogar ideal del gorila de montaña, un magnífico y enorme primate que vive plácidamente en la espesura de esta selva.
El bosque impenetrable de Bwindi es el refugio de esta especie de gorila y el lugar en el que encuentra la protección necesaria, ya que está en grave peligro de extinción. De los pocos ejemplares que quedan en el planeta –se calcula que solo unos 700-, algo más de la mitad habitan esta selva ugandesa.
La emoción del encuentro con estos nobles animales es increíble y nos parece vivir escenas de la película ‘Gorilas en la niebla’, en la que la actriz Sigourney Weaver interpreta a la naturalista norteamericana Dian Fossey, una de las primatólogas más reconocidas del mundo.
Afortunadamente, las autoridades del país africano han tomado medidas para asegurar el bienestar del gorila de montaña y cuidar así la continuidad de la especie. Si bien acceder a estos santuarios no está prohibido a los turistas, la entrada al bosque se cobra a cifras considerablemente elevadas con el fin de que estos beneficios reviertan en el cuidado de los animales. Además, las visitas se realizan siguiendo estrictas instrucciones y en pequeños grupos para evitar masificaciones que pudieran alterar la vida de los habitantes de Bwindi.
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