​Atlantic City, la decadencia de los Estados Unidos

Al sur de Nueva York, a poco más de dos horas de carretera, se encuentra una ciudad que ha vivido mejores tiempos que los actuales: Atlantic City. La Ciudad Atlántica es conocida por ser la Las Vegas de la costa este de los Estados Unidos, un enjambre ruidoso, lleno de casinos, centros de juego y luces de neón. Si Las Vegas cuenta con el encanto adicional de la proximidad del desierto, Atlantic City cuenta con la belleza que aporta el océano Atlántico –qué será lo que tienen las playas y los ríos caudalosos, las grandes masas de agua, que nos atraen tanto–. 

Lo que más destaca de la actual Atlantic City no son sus edificios, sus casinos ni su oferta cultural, sino la propia decadencia que vive la ciudad. La proliferación de casinos por todas partes y, sobre todo, la aparición de los casinos online han provocado que la localidad haya perdido atractivo y pujanza. Poco a poco, la ciudad va cayendo en el olvido y esa nostalgia de los días mejores del pasado, ese no saberse adaptar a los tiempos que corren, esa aura de derrota está impregnada en el aire de la ciudad, en su salada brisa marina. 

Si en Las Vegas la fiesta no termina nunca, en Atlantic City lo bueno se focaliza entre los meses de mayo y septiembre, en los que las temperaturas son más suaves y el frío no supone un problema. El resto del año todo permanece en estado de semiabandono hasta que llega el fin de semana, momento en el que hacen acto de presencia los turistas y los jugadores. 

La búsqueda del tesoro 

Una forma diferente y divertida de conocer la ciudad, o al menos de tomar una primera impresión de la misma, es realizar la búsqueda del tesoro. Hay varias empresas que organizan una especie de yincana que te obligará a desplazarte por Atlantic City en busca de un tesoro. En la búsqueda, irás conociendo la ciudad mientras pasas un buen rato. ¿Hay manera mejor de conocer una de las capitales del juego que jugando? Si cuando llegues allí no tienes muchas ganas de juguesca o prefieres experiencias más tranquilas y sosegadas, siempre puedes contratar una visita guiada o montártelo por tu cuenta y hacerlo de manera autosuficiente. 

Atlantic City Boardwalk 

El paseo marítimo de Atlantic City es su lugar más emblemático y no puedes marcharte de la ciudad sin haber caminado durante horas por este lugar, algo así como la versión capitalista del Malecón de La Habana. Sus nueve kilómetros de longitud destacan por sus fachadas coloridas. Aquí encontrarás de todo: tiendas con una gran diferencia de precios, restaurantes, cafeterías, casinos… y, por supuesto, el ambiente y la esencia típicamente atlántica, ese punto de derrota del que habíamos hablado antes, de lugar venido a menos. Podríamos definir a Atlantic City como “un actor de setenta años vestido con una camisa hawaiana que cuando era joven protagonizó una serie de éxito durante una temporada y nunca más volvió a trabajar”. 

Tampoco te pueden faltar las otras dos grandes avenidas de la ciudad: Atlantic Avenue y Pacific Avenue. Y, ya de paso, tómate un cóctel rum runner (ron, licor de plátano, licor de zarzamora y varios zumos de frutas) y saborea un salt water taffy (caramelos de agua salada), y si puede ser de Fralinger´s, mejor que mejor. 

Los casinos de la ciudad 

Ir a Atlantic City y no entrar en un casino es como ir a París y no subir a la torre Eiffel ni visitar el museo del Louvre. Llegados qué menos que gastar unas cuantas monedas en las máquinas tragaperras o apostar un par de veces en la ruleta como si fueses James Bond. Además, la entrada a los casinos gratuita. 

Los casinos son como los de Las Vegas, complejos que incluyen los hoteles y las salas de casino en el mismo edificio, aunque aquí no hay ningún tipo de preocupación por crear negocios ecológicos. Bueno, en Las Vegas tampoco, pero algunos de sus casinos toman medidas como tener un parking para vehículos eléctricos y cosas por el estilo. 

Los más destacados de la Ciudad Atlántica son el Borgata, el Tropicana, el Caesar´s, el Harrah´s, el Ocean o el Bally´s. Y, si quieres una sesión doble de temática casposa, te recomiendo el Wild Wild West. 

The Renault Winery 

¿Te gusta el vino? Vaya pregunta. Y a quién no. En The Renault Winery encontrarás una de las bodegas más antiguas de los Estados Unidos –puede que no te parezca mucho, pero si tenemos en cuenta que la Declaración de Independencia se firmó en 1776…–. 

Podrás pasear por sus viñedos y jardines, en los que se cultivan más de cuarenta tipos diferentes de uvas, y terminarás la visita, cómo no, con una cata de vinos. 

Conclusión 

Atlantic City te gustará si te encantan el juego y los casinos y te chiflan los lugares decadentes y un poco sórdidos. También es perfecta para quienes tienen inquietudes y les encanta conocer lugares nuevos, aunque no tengan nada ante lo que, realmente, quitarse el sombrero.