Pitigliano, encanto rural en Maremma

Nos acercamos a una extensa y bella región geográfica de Italia. Ocupa un territorio que incluye parte de las regiones de Toscana y Lacio. Hablamos de Maremma, la zona del país en la que se encuentra nuestro destino. Paseamos por la provincia de Grosseto. Nuestro objetivo es descubrir una de las localidades toscanas más auténticas y genuinas que conserva esta zona de Italia. Visitamos Pitigliano, una pintoresca y bonita población situada a más de dos horas por carretera de Florencia. Quizás la evidente distancia que la separa de la capital de la región ha mantenido a Pitigliano lejos de los circuitos turísticos, por lo que aún conserva su esencia original. 

La población se encuentra a unos 300 metros sobre el nivel del mar. Su situación sobre un promontorio de toba volcánica, bajo el que discurren los ríos Meleta y Lente, es uno de sus aspectos más bellos y destacables, pues ofrece una imagen de auténtica postal en la que parece verse a las construcciones del pueblo emergiendo de un acantilado. 

Pitigliano posee una larga e interesante historia en la que etruscos y romanos dejaron una importante huella. Sin embargo, uno de los capítulos históricos más curiosos de la población se produjo en el siglo XVI, momento en el que comenzó a llegar al lugar un buen número de miembros de la comunidad hebrea que huían de la persecución en Roma por razones religiosas. Allí se establecieron y contribuyeron al desarrollo de la ciudad con avances culturales y sociales. 

Aunque en la actualidad son muy pocos los miembros de la comunidad judía que aún permanecen en Pitigliano, la población conserva todos los lugares destacados que fundaron, entre ellos la sinagoga y el cementerio. Además, existe un museo que recoge toda la historia de su llegada y asentamiento en la ciudad. Por todo ello, la población era -y sigue siendo- conocida como la Pequeña Jerusalén. 

Las estrechas y pintorescas callejuelas de la localidad forman un encantador laberinto por el que es un placer pasear. A cada paso se descubre alguna sorpresa patrimonial, como el palacio Orsini, un magnífico acueducto medieval o la catedral, templo del siglo XV dedicado a San Pablo y San Pedro. 

Otro de los grandes placeres que nos depara Pitigliano son sus viñedos. El hecho de estar fertilizados por toba volcánica proporciona a los vinos de la zona características especiales y una apreciada calidad. De igual forma, la gastronomía tradicional es otro de sus grandes atractivos, pues combina sabores de la cocina judía con los aromas más típicos de Italia.