La apuesta por el enoturismo y el turismo rural supone una oportunidad de desarrollo económico "muy potente" para todos los países del mundo, que deben enfocarse en la inversión, la capacitación y el desarrollo como elementos clave para impulsar estas fórmulas turísticas que suponen además una importante contribución para el PIB de las regiones.
Estas han sido algunas de las conclusiones en la Conferencia Mundial sobre Turismo Enológico que organiza la Organización Mundial del Turismo (OMT) y que estos días está teniendo lugar en Reguengos de Monsaraz, en la región de Alentejo, unas de las regiones vitivinícolas más importantes de Portugal.
Algunos de los principales países exportadores de vino mundial presentes en la Conferencia Mundial (Francia, Georgia, Grecia y Portugal) presentaron los proyectos de desarrollo del enoturismo en sus regiones y su apuesta por el turismo rural.
Todos estos países mostraron su deseo de que parte de la dotación de los fondos estructurales de ayudas europeos se destinen a desarrollar la industria y los negocios rurales permitiendo avanzar en la industria de vino "con una estrategia clara y definida".
Los líderes mundiales enológicos mostraron la necesidad de impulsar de forma decidida las medidas de apoyo al sector vinícola para obtener de forma paralela un mayor provecho turístico. Así Francia indicó que de los 90 millones de visitantes anuales que tiene apenas 5 millones se interesan por el turismo de vinos en su país.
Por ello insistieron en la petición a los líderes regionales para que se conviertan en puentes que unan fuerzas en la Unión Europea junto con el sector privado, con el objetivo de trabajar en partenariados que abran caminos juntos tras la pandemia.
Durante la jornada de la mañana también hubo lugar para la innovación y en el marco de la firma del Memorandum de Entendimiento (MOU) entre la OMT y el Centro de Innovación Turística de Portugal los expertos destacaron la importancia de la tecnología para seducir a los visitantes a través de la fidelización.
Los expertos de los paneles de la tarde de la Conferencia Mundial abogaron por atraer a los visitantes a través del vino ofreciéndoles experiencias turísticas únicas y experienciales de calidad. Consideran que la atracción de un turista de alto valor añadido permitirá además a las regiones una mejor cohesión territorial y un mayor desarrollo económico gracias a la desestacionalización turística.
Por ello los destinos turísticos de vino por excelencia, entre los que se incluye España, instan a gestionar los destinos enoturísticos desde el esfuerzo colectivo con la implicación de todos los agentes de la cadena de valor.
"El enoturismo ha sido capaz de poner en marcha un modelo de desarrollo turístico sostenible y diferente", aseguró el director técnico de la Asociación de Ciudades del Vino y de las Rutas de Vino de España, Jesús Camacho quien destacó la importancia de posicionar un producto cohesionado y organizado.
En España cerca de 3 millones de turistas dejan más de 80 millones de euros en sus visitas a bodegas y museos del vino, según los últimos datos del informe anual de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) de 2018. El gasto medio del turista de vinos se sitúa en unos 162 euros por persona y día.
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