​Baden-Baden: aguas termales y ambiente elegante en la Selva Negra

Nuestro destino se encuentra en Alemania, concretamente en la bella Selva Negra, cuyo nombre, según algunas teorías, deriva de la presencia de profundos, densos y oscuros bosques de abetos. Estamos en un imponente macizo montañoso situado al sur del país que ofrece un espectacular paisaje de verdes y  azules y en cuyo corazón nace el río Danubio. 

En esta zona del país, los relojes de cuco están por todas partes. No es casualidad. El motivo es que este tipo de reloj nació aquí en el siglo XVIII y este territorio cuenta con numerosos artesanos dedicados a la fabricación de estos simpáticos mecanismos en los que un pajarillo es el encargado de ir marcando las horas. 

La naturaleza es poderosa y magnífica en este lugar. Los amantes de las cascadas están de suerte, porque la Selva Negra cuenta con numerosos y espectaculares saltos de aguas, además de un buen número de lagos que parecen de postal. Sin embargo, seguimos camino, porque el propósito de este viaje es una de las ciudades más espectaculares de esta parte de Alemania: Baden-Baden, un lugar de ambiente elegante y muy cultural, una urbe balneario que nos sirve de reconstituyente spa gracias a sus reconocidas aguas termales. 

En época romana este punto del suroeste país se convirtió en un lugar en el que encontrar alivio a diferentes males a través de los baños con propiedades terapéuticas. Más tarde, en el siglo XIX, la ciudad era el destino turístico escogido por la alta sociedad europea para buscar relax y disfrutar de una estancia saludable. 

En la actualidad, los manantiales naturales de Baden-Baden, ciudad que durante tiempo fue conocida como la ‘capital de verano de Europa’, siguen proporcionando momentos de relax y desconexión. Alrededor de una docena de fuentes termales brotan a una profundidad de 2.000 metros y suministran un agua que llega a alcanzar temperaturas de hasta 70 grados. 

Esta ciudad, rodeada de hermosas montañas y bosques, también cuenta con un casco histórico repleto de preciosas edificaciones, hermosos jardines, tiendas de lujo, restaurantes y una activa e interesante vida cultural. De hecho, su monumental edificio del teatro es uno de los más grandes de Europa. Fue construido en el siglo XIX y tiene una capacidad para quinientas personas. 

Uno de los templos más destacados de la ciudad es la iglesia evangélica que se encuentra en pleno centro urbano, junto a una fuente y rodeada de zona ajardinada. 

Por último, cabe destacar que los amantes de la música tienen una cita en la Casa de Brahms, lugar en el que el gran compositor alemán residió y trabajó en su música y que hoy es un museo dedicado a su figura.