La bella Tropea y su impactante conjunto de casas sobre el acantilado

Nos acercamos hasta una localidad de Italia que, utilizando una vez más el parecido del mapa del país con una bota, podemos decir que se encuentra justo sobre la zona del empeine. Nuestro destino se llama Tropea, en la región de Calabria, un bello lugar bañado por el Tirreno que es rico en sol, playas cristalinas de arena blanca y paisajes increíbles. Sin embargo, la población es mucho más que un idílico rincón para disfrutar del mar.

A Tropea la envuelve un entorno repleto de olivos y árboles frutales y, según una antigua leyenda, la ciudad fue fundada por el mismísimo Hércules, el famoso dios griego, conocido por su fuerza, al que encargaron realizar 12 trabajos. Dicho así, puede parecer poca cosa, pero se trataba de llevar a cabo asuntos como matar a leones e hidras, capturar y domar al toro de Creta o raptar al perro de Hades, entre otros. ¡Pudo con todo!

Seguimos nuestro paseo por Tropea sin salir de su bonita costa, porque es allí donde descubrimos una de sus características más impactantes. Esta ciudad calabresa luce un conjunto de antiguas casas sobre un elevado acantilado frente al mar. Las edificaciones parecen fundirse con la roca y la imagen es espectacular. La sensación de vértigo desde lo alto es casi inevitable, pero esta cuestión queda sobradamente compensada por la belleza del lugar.

El centro de la población es pequeño y fácil de recorrer caminando por sus estrechas y encantadoras callejuelas. La Catedral es uno de los puntos de interés del lugar. En su interior se conservan dos bombas de la Segunda Guerra Mundial, y se atribuye a la Virgen de Tropea el hecho de que no llegaran a explosionar. Tropea conserva la estructura urbanística del siglo XVII y puede presumir de un núcleo histórico que se encuentra entre los más bonitos de la región.

El gran símbolo de la localidad, además de sus emblemáticas casas sobre las rocas, es el santuario de la Virgen de la Isla. Con cerca de mil años de antigüedad, esta bella construcción disfruta de una peculiar ubicación sobre un peñón en el mar. El actual edificio es fruto de diferentes restauraciones, ya que el templo original sufrió los efectos de varios terremotos a lo largo de la historia. 

Tras subir algunos escalones se llega a la cima, lugar en el que está ubicado el santuario. Las vistas son espectaculares y permiten una mirada completa del bello entorno. El interior del templo es muy sencillo. Junto al edificio hay un bonito jardín con pequeños caminos que conducen a algunas terrazas sobre el mar.

Sin duda, Tropea es un delicioso pueblo medieval, una localidad marinera que con el tiempo se ha ido acostumbrando a la presencia del turismo, algo que se podía prever  como inevitable si tenemos en cuenta los numerosos atractivos de esta población del sur de Italia.