Los jardines son pequeños paraísos que nos dan un respiro en ambientes urbanos o acompañan y embellecen grandes construcciones históricas. Son espacios en los que la naturaleza va adoptando diferentes formas y colores en función de la estación del año, aunque la primavera se propone como uno de los mejores momentos para apreciar toda su belleza.
Existen miles de jardines repartidos por todo el mundo, aunque en esta ocasión vamos a hacer parada en cuatro de ellos, ubicados en lugares tan diferentes como Países Bajos, Sudáfrica, Inglaterra y Francia.
Jardines Kirstenbosch
El Jardín Botánico Nacional Kirstenbosch se encuentra en Ciudad del Cabo, una de las urbes más fascinantes de Sudáfrica. Es un espacio natural centenario dedicado a la flora autóctona del país. Ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad y está considerado uno de los grandes jardines botánicos del mundo.
Conserva más de 7.000 especies de plantas, muchas de ellas raras y amenazadas. En este espacio espectacular, calificado por muchos como ‘el jardín más bello de África’, también se celebran conciertos multitudinarios durante los meses de verano. Además, pequeñas esculturas animan este espacio natural.
Jardín de Stourhead
Nos encontramos en el sur de Inglaterra, en el condado de Wiltshire, una región con espíritu rural y uno de los territorios más bellos del país. Aquí se encuentran los jardines de Stourhead, creados a mediados del siglo XVIII por un rico banquero inglés, Henry Hoare, apasionado de los grandes pintores de paisajes, que había adquirido numerosas obras de arte en Italia. Quizás estas magníficas pinturas fueron las que le sirvieron de inspiración para dar forma a su fascinante jardín.
Un bonito lago protagoniza el centro de este entramado de colores propiciados por la naturaleza, unas aguas que lanzan reflejos cuando las alcanza el sol y que se encuentran rodeadas de templos de estilo clásico que nos invitan a pensar que estamos en la Antigua Roma o en la Grecia Clásica: el Templo de Apolo, el Templo de la Flora, el Panteón…
Jardines del castillo de Villandry
El castillo de Villandry se encuentra en el Valle del Loira, en Francia. Es una construcción del siglo XVI situada a orillas del río Cher, a unos 20 minutos de la localidad de Tours. El conjunto de Villandry fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la década de los 30. En la actualidad, estos delicados jardines nos invitan a realizar un recorrido por las diferentes zonas que contienen: la ornamental, el huerto, la acuática o el laberinto, bautizadas con diferentes nombres: el Jardín del amor, el Jardín del agua, el Jardín del sol, el Jardín de la música y el Jardín de las hierbas, este último dedicado a las plantas de carácter medicinal.
En Villandry hasta las plantaciones de verduras resultan estéticas y muy decorativas, tanto que da pena comérselas. Los juegos cromáticos y geométricos que nos van saliendo al paso por todas partes son espectaculares. Los jardines aparecen en muchos casos en terrazas escalonadas a tres alturas y algunos de los dibujos que se recrean con la vegetación nos sorprenden cambiando de perspectiva mientras paseamos. La grandeza de estos jardines los ha convertido en un gran referente mundial.
Parque Keukenhof
Estamos en la pequeña localidad de Lisse, a unos tres kilómetros al sur de Ámsterdam, donde encuentra la mayor exhibición de tulipanes y flores primaverales de Europa. Se trata del Parque Keukenhof, cuyo significado literal es Jardín de la Cocina. Para conocer la historia de este espectacular sembrado de millones de flores hemos de remontamos al siglo XV para encontrarnos con la condesa Jacoba de Baviera en su magnífico castillo, ubicado junto a una antigua zona de caza que contenía frutas, verduras y numerosas plantas aromáticas y condimentos culinarios. Hasta allí se acercaban para recogerlos y elaborar después suculentos platos. Era algo así como una gigantesca despensa del castillo y de ahí que el parque reciba el curioso nombre de Jardín de la Cocina.
El Jardín de la Cocina presenta numerosas actividades en torno a sus grandes protagonistas: las flores. Allí pueden contemplarse y disfrutarse artísticos mosaicos, exposiciones florales, jardines temáticos, puestos gastronómicos con productos locales y espacios para los más pequeños.
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