Viaja, Disfruta y Ayuda, la ONG que invita a combinar la pasión del viaje con acciones solidarias

Si viajar ya es un ejercicio maravilloso, la combinación del viaje con una acción solidaria es algo así como llegar a resolver la cuadratura del círculo. Esta es básicamente la idea que resume la iniciativa de Javier Godínez, un malagueño inquieto con un marcado espíritu aventurero y con una clara vocación de ayuda hacia aquellos que más lo necesitan. 

Javier cambió el rumbo de su vida -y el de muchas otras personas a las que ha alcanzado con su idea-, cuando dejó de ejercer como ejecutivo de una empresa internacional y pasó a dedicarse por entero a viajar y a participar en proyectos sociales. En ese momento nació su ONG Viaja, Disfruta y Ayuda. Desde entonces, pasea su lema por todo el mundo: “No podemos hacer todo el bien que el planeta necesita, pero el planeta necesita todo el bien que le podamos hacer”. 

Javier Godínez nos dedica unos minutos para conversar con nosotros y hablarnos de su universo viajero y solidario, centrado en los últimos meses en su nuevo proyecto: The Social Water. 

¿Cuándo descubres tu pasión por el viaje y qué te aporta personalmente el hecho de viajar? 

Tuve la suerte de descubrir mi pasión por viajar relativamente joven. Fue durante mi primer viaje a Japón, el cual realicé con 20 años. Conocer un país tan diferente y extraño despertó en mí una gran curiosidad y ganas de aprender sobre estas culturas, otras historias y otras formas de vida. Y, en resumidas cuentas, esto es lo que me aporta viajar: un aprendizaje continuo. 

¿En qué momento decides dejar atrás tu forma de vida como ejecutivo para lanzarte a recorrer el mundo? ¿Fue difícil materializar esa transición que te llevó de una vida estable a una vida nómada? 

Era algo que me estaba rondando por la cabeza desde hacía algún tiempo. Vivía en Estados Unidos y tenía una vida “plena” según los estándares de la sociedad occidental. Sin embargo, pasaba horas y horas leyendo las aventuras de grandes viajeros que compartían sus crónicas en blogs de viajes realmente inspiradores, hasta que un día decidí dejarlo todo y ser uno de esos viajeros, porque los sueños están para cumplirlos. 

¿Cuándo comienzas a combinar tus experiencias viajeras con la acción directa sobre causas sociales y solidarias? 

Poco después de dejar el trabajo, realicé un viaje indefinido que comenzó con un billete de solo ida a Nueva Delhi, la capital de India. No sabía cuánto tiempo iba a estar viajando, ni tenía una ruta prevista. Pero no quería que fuera un viaje vacío, sino todo lo contrario. Así que decidí investigar una temática diferente en cada país. Gracias lo cual, por ejemplo, pude comprobar de primera mano que los idílicos paisajes de las plantaciones del té en Sri Lanka esconden una triste y dura realidad para sus trabajadores, que son prácticamente esclavos. También conocí, e incluso entrevisté, a alguno de los supervivientes del genocidio de los Jemeres Rojos, en Camboya. Gracias a estas experiencias me di cuenta de que puedes aprender mucho sobre los diferentes países, acercándote a sus problemas recientes y presentes. 

¿Por qué decides crear la ONG Viaja, Disfruta y Ayuda? ¿Cómo fueron los primeros pasos que dio tu proyecto? 

Coincidiendo con el inicio del viaje por Asia, comencé un blog sin demasiadas pretensiones, el cual bauticé como Vivir para Viajar. A través del blog y las redes sociales compartía mi día a día viajero. Poco a poco, lo fueron siguiendo más personas, las cuales mostraban también bastante interés sobre las publicaciones que hacía sobre turismo responsable o proyectos solidarios. Muchos de ellos me contactaban por privado para conocer más información sobre los proyectos, pero, especialmente, sobre cómo poder encontrar voluntariados o proyectos sociales en los que poder ayudar, que fueran legítimos y en los que no tuvieras que pagar una “millonada” por ayudar. Fue entonces cuando decidí crear viajadisfrutayayuda.org, con la intención de dar visibilidad a aquellos que proyectos que conocía de primera mano, con el objetivo de facilitar el acceso a otras personas.  

¿Cómo funciona y a qué perfil de viajero va dirigida? 

El proyecto está dirigido a todos aquellos viajeros solidarios que quieran dejar una huella positiva durante sus viajes. Dentro de la web, tras filtrar por países o causa, te aparecen las diferentes organizaciones. Y dentro de la ficha de cada una, las necesidades concretas que tiene, los datos de contacto, etc. A partir de ahí, es el propio viajero quién establece contacto directamente con la ONG para colaborar, pero cuentan con nuestro apoyo en caso de que tengan alguna duda. 

En el mundo hay millones de ONGs, ¿qué aporta de diferente Viaja, Disfruta y Ayuda respecto a las ya existentes? Has afirmado que tu organización es una alternativa independiente al volunturismo. Háblanos de esto. 

Una de las principales características de Viaja, Disfruta y Ayuda, es que no hay dinero de por medio. Se trata de un intercambio cultural, por lo que solo listamos proyectos que han sido verificados en persona, y en los que no se requiere dinero como condicionante para poder ayudar. Si una vez el viajero está ahí quiere colaborar económicamente, adelante, pero no es un requisito. 

Esta es la principal diferencia con otros “proyectos” o agencias de volunturismo, en las que el voluntario tiene que pagar para poder ayudar una cantidad muy alejada al coste real del país. A menudo, cuando esto sucede, la contraparte local está más interesada en el dinero que en la ayuda real que pudiera aportar el voluntario, por lo que termina convirtiéndose en un negocio que distorsiona la realidad del problema. Un claro ejemplo es el “turismo de orfanatos” en Camboya o los falsos santuarios de animales repartidos por todo el sudeste asiático. 

Suele decirse que el premio es mayor y más gratificante para la persona que ayuda que para el que es ayudado. ¿Has sentido esto en muchas ocasiones? 

Estoy totalmente de acuerdo. Por desgracia, vivimos una sociedad en la que todo tiene un “valor económico” por lo que, si haces cosas gratis, o por los demás o sin esperar nada a cambio, es algo excepcional. Sin embargo, creo que si hay personas que todavía no han realizado un voluntariado o acción solidaria (puede ser en tu mismo barrio, no hace falta irte a la otra punta del mundo para esto), es porque no son conscientes de todas las cosas buenas derivadas de esa acción, lo que puedes aprender e incluso lo que puedes mejorar como persona. 

Háblanos de algunos de los proyectos que se han llevado a cabo desde tu ONG y dinos hasta qué lugares del mundo ha llegado la labor que realizáis. 

Desde la ONG, además de actuar como plataforma de conexión, también hemos realizado proyectos propios en varios países, relacionados con el medio ambiente o la concienciación. Actualmente, nuestro proyecto principal se llama The Social Water, el cual lanzamos el 22 de marzo de 2021, y que tiene como objetivo el facilitar el acceso a agua potable, mediante sistemas de filtrado, para familias y escuelas que viven a diario la crisis del agua. 

En la actualidad, ¿sacas adelante tú solo la ONG o cuentas con ayuda? 

Si bien es cierto que comencé con la ONG yo solo, hubo un punto de inflexión cuando anunciamos The Social Water. En este momento, colaboran con el proyecto más de una treintena de profesionales voluntarios, que están repartidos entre España y América Latina. 

También fomentas el turismo responsable y el cuidado del medioambiente. ¿Cómo definirías la situación actual del planeta? 

Insostenible. La situación es peligrosa desde que el turismo de masas se ha convertido en un producto más del capitalismo. Ya no se viaja tanto por conocer otros lugares o culturas, sino porque se puede y en algunos casos, por lo bonitas que quedan las fotos en las redes sociales. Prueba de ello son los miles de idílicos lugares que sólo existen en Instagram, y que te decepcionan enormemente una vez los visitas en persona. 

Por lo tanto, si seguimos viajando y consumiendo a este ritmo descontrolado, pronto todos los lugares se irán pareciendo entre sí. Prueba de ello son los centros históricos de las principales ciudades de Europa, en los que la mayoría de los negocios tradicionales y viviendas locales han dado paso a tiendas de suvenires (made in China) o apartamentos turísticos. También podemos mencionar el evidente caso de las pequeñas poblaciones de pescadores del Caribe, sustituidas ahora por hoteles de todo incluido. 

¿Cómo está afectando la actual pandemia a tu proyecto? ¿Te has visto obligado a paralizar acciones y actividades que estaban previstas por culpa de la crisis sanitaria que afecta al mundo? 

Uno de los principales componentes de nuestro proyecto es el viajar a los lugares donde puedes colaborar. Evidentemente, esto se ha visto muy afectado por la pandemia. Todavía no sabemos qué pasará cuando todo se calme. Sin embargo, hemos usado estos meses para poner en marcha The Social Water, un proyecto que pensamos que será realmente transformador y que requería de muchísimo trabajo previo antes del lanzamiento, ya que es incluso más grande y complejo que Viaja, Disfruta y Ayuda. Hasta que pase la pandemia y todo se estabilice, estamos centrando todos nuestros esfuerzos en este nuevo proyecto, The Social Water, del cual creo que incluso podríamos hacer otra entrevista individual. 

¿Cómo se puede colaborar? ¿Cómo podemos convertirnos en viajeros solidarios? 

En este momento, son pocos los países que permiten viajar sin restricciones, por lo que para realizar voluntariados habría que esperar un poco más. Mientras tanto, si tienes ganas de ayudar, puedes contactar con alguna de los cientos de asociaciones que existen en España. Sin moverte de casa, también puedes colaborar con The Social Water de diferentes maneras.