En América del Norte nos espera uno de los espacios naturales más impresionantes del planeta. Fundado en 1885, estamos en el más antiguo de los 41 parques nacionales de Canadá. Banff, en la provincia de Alberta, es uno de esos lugares que emocionan y nos llenan la retina de miles de colores.
Lagos, montañas, bosques, glaciares, manantiales de aguas termales, cañones, cascadas, flores, fauna… Banff no se priva de nada y despliega todos sus encantos naturales en sus más de 6.600 kilómetros cuadrados de extensión. Se encuentra situado a los pies de las Montañas Rocosas canadienses y hace frontera con otros dos espectaculares parques nacionales del país: Yoho y Jasper.
La belleza de este lugar es tan fascinante que ha sido declarado Patrimonio de Humanidad y cada año multitud de viajeros, excursionistas, montañeros y esquiadores se acercan hasta este paraje de más de setenta millones de años.
En este increíble territorio se encuentra nuestro protagonista: el lago Moraine. No es el único, pues comparte parque nacional con otros lagos, como el Louise o el Minnewanka. Todos son bellísimos, pero el lago Moraine ejerce una atracción muy especial con sus aguas azul turquesa en las que aparecen reflejados los diez altos picos de las montañas que lo envuelven.
El lago se encuentra rodeado por frondosos bosques de coníferas. En diferentes puntos vamos a poder disfrutar de algunos miradores desde los que vamos a poder contemplar todo su esplendor. El paisaje es tan fascinante que muchos visitantes coinciden en afirmar que su belleza y la de su entorno es difícil de superar. Pasear alrededor del lago, navegar en canoa o realizar senderismo son algunas de las actividades al aire libre que nos harán disfrutar al máximo de este punto de Canadá.
La imagen de esta maravilla natural nos resultará familiar, ya que es uno de los fondos de pantalla más utilizados en el mundo. No es de extrañar, ya que en cualquier época del año nos muestra su belleza: tanto en invierno, con las aguas del lago heladas y las montañas blancas, como en los meses más cálidos, cuando la concentración de minerales de este lugar proporciona al lago una tonalidad azul turquesa que enamora.
Interesa recordar que esta zona es el hábitat de los osos negros americanos y los osos pardos. Es importante estar atentos a las indicaciones de los folletos y seguir paso a paso sus recomendaciones para no llevarnos algún susto si nos encontramos con alguno de estos residentes habituales. No olvidemos que los visitantes somos nosotros y ellos están en su hogar.
Escribe tu comentario