Cuentan que los habitantes de la ciudad de Guilin mantienen un pacto con la naturaleza que consiste en que ningún edificio puede igualar o superar la altura de las montañas que la rodean, bella manera de mantener siempre a la vista el paisaje por encima de cualquier construcción humana, ya que esta población de China tiene uno de los entornos naturales más increíbles del planeta.
Guilin se encuentra al sur del gigante asiático y está considerada una de las ciudades más hermosas del país. Hace millones de años este territorio estaba bañado por el mar. Más tarde, el paso del tiempo dejó al descubierto un magnífico paisaje repleto de grandes formaciones rocosas, lagos y ríos al que se fueron sumando las encantadoras terrazas de arroz de forma circular que se despliegan en forma de escalones alfombrando las montañas.
Los paisajes más impresionantes de Guilin son aquellos por los que nos va guiando el río Li. Sus aguas marcaron en el pasado una importante ruta comercial que hizo florecer los lugares que regaba. En la actualidad, este río nos regala la posibilidad de realizar un tranquilo crucero que recorre los encantos paisajísticos del lugar, entre los que destacan sus famosas formaciones cársticas.
Una de las grandes atracciones naturales de Guilin es la colina de la trompa de elefante, gran símbolo de la población. Debe su descriptivo nombre a la similitud de esta formación rocosa con un elefante que introduce su trompa en las aguas del río Li.
Si nos alejamos algunos kilómetros al norte de Guilin nos encontramos con un paisaje alfombrado de verdes terrazas de arroz construidas en forma de terrazas en las laderas de las montañas. Estos sembrados, cuya tradición se remonta cientos de años atrás, forman un escenario de gran belleza que se ha convertido en una popular atracción turística.
De nuevo en la ciudad de Guilin nos disponemos a transitar por algunos de los aspectos más atractivos de la población china. Lo primero que llama la atención es que nos encontramos en un lugar que disfruta de dos ríos y de cuatro lagos dibujando el paisaje de la ciudad. En uno de ellos, el lago Shan, nos sorprenderá la belleza de otro de los grandes símbolos de esta urbe asiática: las pagodas budistas del Sol y de la Luna. Estas pagodas gemelas son la postal más típica de la población. Cuando llega la noche, la espectacular iluminación de estos edificios se convierte en una de las imágenes más fotografiadas de Guilin.
Por su parte, en otro de los lagos de la población, el lago Ronghu, vamos a encontrar mil motivos para el paseo. Al recorrerlo nos vamos cruzando con puentes, pequeños rincones donde reposar y contemplar las aguas del lago, pabellones y un sinfín de árboles. Este espacio de recreo es tan bello durante el día como por la noche, momento en el que destaca una iluminación multicolor que consigue crear un ambiente casi mágico.
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