Nos acercamos a la gran isla indonesia de Sumatra, un enorme territorio repleto de atractivos naturales que, desgraciadamente, saltó a los titulares de la prensa internacional cuando en 2004 fue castigado por un devastador tsunami, un potente terremoto submarino que llegó a tierra provocando trágicas consecuencias. Afortunadamente, en los últimos años la isla se ha ido recuperando de la catástrofe, reconstruyendo infraestructuras y superando los efectos de aquel desastre natural.
Sumatra sigue siendo uno de los destinos de naturaleza salvaje más bellos del planeta. En este punto del mundo se encuentra una pequeña joya que supone el auténtico motivo de nuestra visita a este territorio indonesio. Hablamos de la isla de Samosir, un encantador trocito de tierra que reposa tranquilo sobre las aguas del lago Toba.
El lago Toba, el lago volcánico más grande del mundo, es un lugar con imagen de postal formado hace miles de años tras la potentísima erupción de un volcán. Enorme y profundo, sus aguas tienen algo mágico que casi hipnotiza a quien las contempla. Además, el lago nos invita a practicar actividades como nadar o realizar bonitos paseos en barco.
En el centro de sus aguas se encuentra la isla de Samosir, un escenario de naturaleza exuberante en la que solo vamos a encontrar dos destacados núcleos de población. Además, Samosir es la cuna de la cultura Batak, un antiguo pueblo de guerreros que fue convertido al cristianismo por un grupo de misioneros neerlandeses, conversión con la que también abandonaron algunas de sus costumbres, como el canibalismo, cuestión por la que eran temidos en toda Sumatra.
Actualmente, la etnia Barak continúa conservando muchas de sus tradiciones, por las que siente gran orgullo. La magia y el contacto con los espíritus, representados por la impresionante naturaleza que los rodea, siguen formando parte de su día a día. Sus peculiares casas también son un buen ejemplo de ello.
Las casas tradicionales del pueblo Batak disponen de varios niveles en los que solía vivir todo el grupo familiar. Su especial arquitectura y su colorido son el principal sello de identidad de los miembros de la cultura Batak: el diseño de los tejados imitando a unos brazos que se alzan hacia el cielo en el momento del rezo o los patios de piedra, utilizados antiguamente para realizar sacrificios, son algunas de las singulares características de los hogares más genuinos de la isla.
Sin duda, descubrir la pequeña isla de Samosir en el centro del lago Toba es una experiencia que no nos dejará indiferentes.
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