Periodista de vocación, motoviajera y solidaria, Alicia Sornosa nos vuelve a sorprender gratamente con su nuevo trabajo: “Toda aventura comienza con un sí” (Ed. Anaya Touring), un libro repleto de anécdotas, experiencias y consejos viajeros que cuenta con grandes dosis de entusiasmo y motivación, y que persigue un objetivo: invitar al lector a lanzarse a la aventura y vivir la emoción de recorrer el mundo sobre dos ruedas.
Alicia, periodista especializada en el mundo del motor, lleva 10 años rodando por el planeta y ha logrado convertirse en la primera mujer de habla hispana que da la vuelta el mundo en moto en solitario. Su amabilidad, la pasión que pone en todo lo que emprende y su vitalidad resultan contagiosas. Lo hemos descubierto conversando con ella en torno a su nuevo trabajo, sus proyectos y sus experiencias viajeras.
¿En qué momento descubres la pasión por el viaje y cuándo escoges la moto como compañera de aventuras?
Desde que tenía 14 años y me saqué la licencia de ciclomotor he estado descubriendo lugares en dos ruedas. La moto me parece el medio más permeable al viaje: hueles por donde pasas, sabes la temperatura porque la sientes y, a diferencia de otros vehículos, la moto despierta la curiosidad de la gente y te separa de ella el gesto de levantar la visera. Es el medio perfecto para los viajeros.
¿Llegar a ser la primera mujer de habla hispana que da la vuelta al mundo en moto en solitario fue una meta que te fijaste o surgió viajando?
Comencé la vuelta al mundo acompañando a otra persona, pero a los 3 meses decidí que podía hacerlo sola (pese a todas las voces en contra que decían que me iban a pasar cosas horribles), así que la meta era dar la vuelta al mundo, aunque hacerlo en solitario no estaba pensado.
Cumples 10 años de aventuras y viajes en moto y lo estás celebrando con tu nuevo libro: ‘Toda aventura comienza con un sí’ (Ed. Anaya Touring), un título lleno de entusiasmo y de motivación. Háblanos de tu nuevo trabajo.
Después de escribir “360 Grados” (Bandaaparte), que es una novela basada en mi vuelta al mundo, quería conmemorar estos diez años de experiencia viajera recopilando todo lo que he aprendido y las preguntas que tantos viajeros me hacen. Se trata de un libro de motivación, un manual de viaje y a la vez un libro de aventuras e historias que apoyan esos consejos.
El libro está repleto de anécdotas, experiencias y consejos viajeros, pero es especialmente una fuente de motivación para animar al lector a lanzarse a la aventura. ¿Es uno de los objetivos que persigue?
¡Claro que sí! El título ya es una declaración de intenciones, pretendo que sea un “manual de viajes y motivación” para que nadie tenga excusas para no salir a rodar.
Periodista, viajera, solidaria y motera. Pensamos que las cuatro palabras te identifican, pero, ¿en qué orden las colocarías para definirte?
Soy periodista de vocación y motoviajera (lo de motera no me gusta nada), ya son tres, y la última es solidaria, ya que, aunque lo llevo siendo desde antes de subirme a la moto, ha llegado con los viajes.
¿Ser mujer y viajar sola sobre dos ruedas te ha supuesto algún problema en alguna ocasión? ¿Crees que existen todavía muchos prejuicios en este tema?
No me ha supuesto más que cosas buenas. Las mujeres no acarreamos con esa imagen de agresividad del ser humano masculino y nos tratan muy bien en todas partes. Además, la intuición te hace alejarte de los lugares, personas o situaciones que no te vienen bien (como cualquier viajero del sexo que sea). ¡Claro que existen prejuicios! Si no fuese así, seguramente esta entrevista no existiría. Aún no está normalizado ni las mujeres en moto ni las que viajamos solas.
¿En qué países te gusta más rodar con tu moto? ¿Por qué son especialmente atractivos para ti?
Cualquier país que tenga curvas, caminos de tierra, gente y culturas diferentes me resulta atractivo. Desde la India a Sudáfrica, desde Alaska a Ushuaya, desde Rusia a Japón, el mundo está lleno de lugares estupendos para rodar en moto. Y lo mejores para mí son los que utilizo para organizar los viajes en grupo, como La Carretera Austral y la Ruta 40 (Chile-Argentina), la ruta de las Plantaciones en Kerala (India), el Valle de Mustang en Nepal, Marruecos, Indonesia, Alaska…
¿Cómo es tu día a día sobre la moto? ¿Te marcas unas disciplinas o dejas que las circunstancias fluyan solas?
Durante el viaje tengo disciplina, ya que suelo viajar y trabajar a la vez. Me levanto temprano, preparo la moto y desayuno muy bien. Después voy rodando (parando, haciendo fotos, visitando lugares), hasta las 5pm, más o menos. No paro a comer, siempre algo de fruta en la carretera para que no me entre sueño. Cuando llego al lugar donde voy a dormir visito el sitio y comparo precios de hoteles o camping. Una vez con la moto aparcada me tomo una cerveza, me ducho y organizo redes sociales, fotos y vídeos, escribo… A eso de las 19h estoy cenando. Me acuesto con el sol, me gusta no usar reloj. Y todo esto dejando que las circunstancias fluyan.
Seguro que te has convertido en una experta en mecánica, pero, ¿cómo resuelves problemas en circunstancias extremas o en lugares aislados e inhóspitos?
La verdad que nunca me ha ocurrido nada que no pudiese arreglar in situ: pinchazos, tensar la cadena, hinchar o deshinchar un neumático… Si te ocurre algo más complicado es difícil llevar todas las herramientas necesarias. Lo peor es pedir esa pieza que falta o tener que meter la moto en un camión hasta un taller, sea donde sea. En África rompí el cárter y no se podía arreglar ahí mismo (aunque lo hubiera hecho), así que tuve que buscar la manera de llevarla durante 200 km hasta Nairobi. Lo conseguí. La vida en viaje es mucho más sencilla de lo que parece.
Imaginamos que tu moto va muy bien equipada. ¿Qué sueles llevar contigo como elementos indispensables?
Equipamiento de la moto: puños calefactados, nunca falta en mis monturas. Un GPS o aplicación para navegar, y de ropa no me faltan chanclas, un pareo, unos tacones, vaqueros y algún forro polar.
Aunque encuentras a muchas personas en tu camino, ¿te ha pesado la soledad en alguno de tus viajes?
La verdad es que me pesó más la mala compañía que la soledad. Me gusta el silencio, pensar, hablar conmigo misma. No me da miedo la soledad, la disfruto un montón.
¿Has sentido miedo en alguna ocasión? ¿Te has llevado algún susto difícil de olvidar?
He sentido miedo, pero nunca por otras personas. En la tundra del Círculo Polar tuve que rodar bajo algunas tormentas, los rayos caían muy cerca de la moto y no había ni un árbol, eso da miedo. En Tapachula (frontera de México y Guatemala) sufrí un terremoto de 15,7 grados. Fue un minuto y medio que aún no he conseguido olvidar.
¿Qué te resulta más enriquecedor del hecho de viajar?
Aprender de otras personas y disfrutar de otras culturas. Dejar la mente sin prejuicios. Tener paciencia y procurar sonreír siempre. Eso es lo que más me enriquece.
Tus aventuras siempre tienen un propósito solidario. ¿Cómo sacas adelante este objetivo? ¿Colaboras con ONG’s?
Siempre es por casualidad. Cuando planeo mis viajes surge hablando con alguien el poder echar una mano o ayudar. Suelen ser diferentes ONG’s o asociaciones sin ánimo de lucro. Trato de comunicar qué es lo que hace la ONG en cuestión y por el camino voy pidiendo donaciones a los que me siguen. Lo bonito es que las marcas con las que hablo donan material, desde noches de hotel a cascos, que se sortean entre los donantes. Al final ganamos todos, los que reciben las ayudas, la ONG que ha publicitado lo que hace y los que donan, ya que se pueden llevar grandes regalos. Es un plan perfecto.
Recorres miles de kilómetros al año sobre tu moto. ¿Cómo costeas tus viajes?
Por un lado con mis ahorros, por otro con mi trabajo durante el viaje y otra parte es gracias a las empresas que confían en mí, mis patrocinadores. No siempre es dinero, muchas veces es material, alojamiento, etc. Esto hace que el viaje sea más económico.
Se sabe que entre motoristas siempre funciona un compañerismo especial, ¿lo has sentido en muchas ocasiones mientras recorrías el planeta?
¡Siempre! Los motoristas sabemos que somos frágiles y que nos pueden pasar muchas cosas, sabemos que ayudarse es fundamental y lo hacemos.
Imaginamos que la pandemia habrá frustrado alguno de tus proyectos. ¿Cuál será tu próximo desafío? ¿Y cuál tu próximo destino?
Básicamente todos los proyectos de 2020 se truncaron, pero tuve la suerte de poder rodar desde febrero hasta mediados de marzo desde España hasta Senegal, justo antes de que todo comenzase. Eso me ha librado de volverme loca. En cuanto abran el mundo no voy a parar. Mi primer destino será Europa, creo que se irá abriendo todo poco a poco.
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El blog de Alicia Sornosa está repleto de sus experiencias y consejos. En él nos invita a seguir sus aventuras sobre dos ruedas por el planeta.
Me encanta lo que haces, yo lo hago por libre, alguna vez se me apunta algún pirado como yo y lo pasamos bien, pero siempre sin rumbo ni objetivo concreto. No se como soportaría a un grupo de snobs colgados detrás de mi con sus historias, debe ser un gran reto, Ahora llevo 30.000 kms por India y cada vez me falta más por descubrir. He visto una ruta por Tamil Nadu y Kerala atractiva, lástima que Kanyakumary os quede un poco lejos, porque las noches de abril con luna llena, son para quedarse en extasis total. Por esas fechas posiblemente esté por Rajastan, pero nunca se sabe, Aunque he tenido encuentros más que curiosos, me alucinaria cruzarme algún día con vuestros grupos. Un abrazo y suerte
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