Nos acercamos al llamado Cuerno de África, en la parte nororiental del continente africano. Etiopía nos espera, un lugar inmenso que guarda rincones increíbles para ser visitados, más allá de su capital: Addis Abeba.
Este país, de una complejidad geológica y una belleza fascinante, guarda una cultura y unas tradiciones ancestrales. Es un territorio que lleva a gala el hecho de no haber pertenecido nunca a un imperio colonial y que muestra orgulloso al mundo su gran producto, a cuya tentación hemos sucumbido casi todos: el café.
Estamos en la antigua Abisinia y nos encontramos a punto de descubrir uno de sus lugares más emblemáticos. Para ello nos acercamos a Gondar, la que fue capital imperial entre los siglos XVII al XIX, conocida popularmente como la Camelot de África por sus numerosas fortalezas amuralladas, entre las que se encuentra nuestro protagonista: el castillo de Fasilides.
Fasilides fue un emperador del antiguo reino abisinio y fundador de la antigua ciudad, hoy en día una de las más turísticas de Etiopía. Su castillo forma parte de una ciudadela del siglo XVII, un conjunto de aspecto medieval llamado Fasil Ghebi que cuenta con seis castillos-palacio, jardines, túneles y accesos subterráneos, todo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El castillo de Fasilides cuenta con cuatro torreones que finalizan en una cúpula. Es el mayor y más antiguo de todo el conjunto. En su interior destaca el piso principal, que era utilizado para realizar grandes celebraciones religiosas y animados banquetes. Como el resto de edificios históricos de este conjunto de estilo medieval, esta construcción se encuentra rodeada por una gran muralla con doce puertas y dos puentes de acceso.
Sin duda, impacta descubrir en Etiopía un conjunto de estas características. Pasear entre los edificios históricos de Fasil Ghebi invita a soñar y a remontarse en el tiempo.
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