Estamos en Indonesia, ese increíble país del Sudeste Asiático de naturaleza privilegiada y repleto de playas espectaculares, tradiciones ancestrales y volcanes, muchos volcanes. Uno de ellos es el motivo que nos ha traído hasta este punto del mundo.
Mucho antes de que en nuestro planeta un virus nos obligara a incluir la mascarilla como parte de nuestro atuendo habitual, en este territorio que ahora visitamos, situado en el este de la isla de Java, esta prenda ya era un complemento imprescindible para evitar respirar los perjudiciales gases que lanza nuestro protagonista: el volcán Ijen.
Nos encontramos ante un gigante de fuego, de más de 2.300 metros de altura, que es parte de un complejo volcánico impresionante formado por un grupo de estas montañas ardientes. Ijen cuenta con una peculiaridad que convierte a este lugar en realmente especial: el impresionante cráter del volcán escupe llamas azules. Este fuego azul ha logrado que Ijen sea la gran atracción de la zona.
El efecto que produce ver al volcán lanzando lava de tonos azulados es fascinante. Este fenómeno natural se explica por la presencia de una gran concentración de azufre que, al entrar en combustión debido a las altísimas temperaturas, se transforma en un gas con esta curiosa coloración que, por cierto, se aprecia únicamente cuando llega la noche, ya que durante el día predomina el color amarillento del azufre.
Todo lo que Ijen tiene de bello también lo tiene de peligroso, ya que respirar azufre resulta altamente nocivo para la salud, de ahí que sea necesaria una mascarilla protectora para visitar la gran montaña de fuego y su entorno. Este volcán posee tal cantidad de azufre que es habitual ver por la zona a mineros cargando y transportando bloques de este elemento químico utilizado en muchos procesos industriales. Son trabajadores que corren un riesgo evidente en estos terrenos llenos de peligro que suelen transitar sin ninguna protección.
Otro de los aspectos que dotan de gran atractivo al volcán Ijen es el gran lago de aguas turquesa que se encuentra sobre su cráter. Su belleza es innegable, pero jamás recomendaríamos un bañito en esta bonita piscina natural, ya que resultaría letal debido a sus altas temperaturas y a los peligrosos vapores que emanan de sus aguas.
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