Bellinzona y sus tres impresionantes castillos

En un punto del sur de Suiza, junto a la frontera con Italia, se encuentra Bellinzona, una población pintoresca, repleta de encantos y con una rica historia. La localidad,  situada en el cantón del Tesino, territorio de habla italiana, puede presumir de un bonito casco antiguo, tranquilo y de gran belleza arquitectónica. Sin embargo, llama la atención que este punto del país no sea de los más frecuentados por el turismo, pues al encanto de las calles de la población se suma la presencia de una imponente fortaleza medieval que está incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Esta gran construcción histórica es en realidad un conjunto fortificado que acoge la presencia de tres castillos: Castelgrande, Montebello y Sasso Corbaro, un importante trío monumental que sería imperdonable no visitar si no encontramos en este punto de Suiza. Las murallas, torres y grandes portones que un día defendieron a los habitantes de estas fortalezas, en la actualidad son espacios que funcionan como museos dedicados a la historia, las costumbres y el arte local.

Iniciamos nuestro paseo en el castillo de Castelgrande, el mayor y más antiguo de los tres. Data del siglo XIII y está situado en el centro de la población, en la zona más baja. Sus elementos más emblemáticos son sus dos altas torres que se acercan al cielo dominando todo el entorno: la torre blanca y la torre negra, de 27 y 28 metros de altura, respectivamente. El interior de esta magnífica construcción acoge dos museos: el arqueológico y el de arte.

Montebello, la segunda fortaleza en la que hacemos una parada, se encuentra sobre una pequeña colina y sus murallas descienden hasta el centro de la localidad. De gran belleza, esta construcción es solo un poco más joven que la anterior, ya que se remonta al siglo XIV. Las vistas que nos regala son impresionantes, y en su interior podemos recorrer su historia y contemplar algunos de los hallazgos arqueológicos que han visto la luz entre sus muros.

Por último, nos acercamos al castillo Sasso Corbaro. Presenta una ubicación fascinante sobre una enorme roca a más de 200 metros de altura sobre la ciudad, aunque es la construcción más austera de las tres, formada por unos pocos elementos: un patio cuadrado guardado entre grandes muros y la torre del homenaje. En este castillo, que en un tiempo también sirvió como residencia de verano, suelen realizarse eventos culturales y exposiciones diversas.

Aunque el motivo de nuestra visita a Bellinzona ha sido conocer sus tres castillos, no podemos marcharnos de esta localidad suiza sin disfrutar de uno de los acontecimientos populares más animados de la población. Hablamos de su mercado, una bulliciosa tradición que tiene lugar los sábados por la mañana en el centro histórico de la ciudad. Numerosos puestos llenos de color ofrecen ricos productos frescos de temporada, como frutas, hortalizas, quesos y exquisitas recetas caseras, además de artículos de artesanía local y todo tipo de objetos.