Nos espera la región de la Columbia Británica, el territorio de Canadá en el que se encuentra nuestro destino: Vancouver, una de las urbes más pobladas del país. Esta ciudad portuaria y cosmopolita se caracteriza por su espíritu dinámico y vital y por una amplia oferta cultural. Aquí conviven colosales edificios que parecen tocar el cielo con un entorno natural privilegiado. La ciudad debe su nombre al oficial de la Marina Real Británica y explorador George Vancouver, quien llegó a trazar un mapa de las aguas de la zona y crear un asentamiento en este lugar al que arribó con su nave a finales del siglo XVIII.
Nuestra presencia en Vancouver tiene un propósito: una visita al parque Stanley, un enorme pulmón de naturaleza privilegiada en la ciudad. Estamos ante uno de los parques urbanos más grandes de Norteamérica, una zona de cuatro kilómetros cuadrados de extensión que se ha convertido en una de las grandes atracciones turísticas de este punto de Canadá.
La variedad de paisajes y lugares del parque es increíble. Aquí nos esperan varias playas, algunas aptas para el baño y otras rocosas y más salvajes. También zonas de bosque, numerosos senderos para lanzarnos a recorridos a pie o en bicicleta, lagos, un puerto deportivo, puentes con vistas panorámicas, un acuario, lugares con motivos representativos de la cultura indígena de Vancouver, sin olvidar los sitios que nos invitan a hacer una parada y degustar una buena comida o relajarnos ante una taza de café.
Son muchos los detalles que llamarán nuestra atención al recorrer el parque. Uno de ellos es la escultura de bronce de tamaño real que representa a una joven con traje de neopreno. Se encuentra sobre una gran roca en el agua -cuestión que nos recuerda mucho a la popular Sirenita de Copenhague-. Cuando sube la marea, la roca queda sumergida y parece que la joven se encuentra flotando sobre el agua.
Uno de los puntos más atractivos de este lugar nos habla de la cultura indígena de Vancouver. Nos referimos a los tótems tallados en madera y decorados con pigmentos naturales que representan a los pueblos nativos de Canadá. Muchos de ellos se remontan a finales del siglo XIX y se han convertido en una de las grandes atracciones del parque.
Tampoco nos pasará desapercibida una curiosa roca llamada Siwash Rock. Tiene millones de años y cuenta con la peculiaridad de que de ella salen algunas pequeñas ramas de un antiquísimo árbol.
Parque Stanley, declarado Sitio Histórico Nacional, es un lugar que nos invita a miles de emociones en plena naturaleza a tan solo un paso de colosales rascacielos. Ya sea junto a un lago, en una playa, en una zona boscosa, sobre un puente o paseando por el camino que bordea la costa, este gran pulmón de Vancouver siempre enamora, tanto a visitantes como a locales.
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