Ladakh es una región de la India conocida popularmente como ‘el pequeño Tíbet’ por la numerosa presencia de refugiados tibetanos que existe en la zona. Este territorio increíblemente bello está atravesado por el río Indo y dibuja un escenario que tiene como fondo las impresionantes cumbres nevadas del Himalaya. Estamos en el norte de la India, en el estado de Cachemira, y aquí los sonidos musicales de las ceremonias budistas y la visión de templos y santuarios son nuestros compañeros de viaje.
Nos encontramos a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar, por lo que no nos resultará extraño que el mal de altura haga acto de presencia. Este territorio remoto conserva intactas sus tradiciones y su cultura. En este lugar, ajeno a la prisa, reina la tranquilidad y el silencio, una paz solo interrumpida por las voces de los monjes en plena oración y por el sonido de algún gong llamando a los fieles.
Leh, la antigua capital del reino de Ladakh, es nuestro primer destino. A poco más de 20 kilómetros de esta ciudad se encuentra el monasterio Thiksey.
Monasterio Thiksey
Este monasterio budista de estilo tibetano se encuentra en el valle del Indo, sobre la cima de una colina por la que van ascendiendo los 12 niveles con los que cuenta esta construcción y con los que parece querer rozar el cielo. Algo más de medio centenar de lamas residen en este monasterio que incluye un buen número de templos y que fue fundado en el siglo XV.
El monasterio de Thiksey está considerado el más bello de toda la región de Ladakh y se encuentra en un estado bastante óptimo, en especial gracias a los beneficios que ha venido generando el turismo, ya que siempre ha sido uno de los más visitados de la región.
En el patio principal se encuentra uno de los grandes puntos de interés del monasterio: un gran buda sentado de unos 15 metros de altura que simboliza el futuro. La impresionante figura está elaborada con barro y cubierta por pintura de tonos dorados rojos, blancos y azules.
Termina nuestra visita al monasterio Thiksey, pero no dejamos la región de Ladakh porque nos espera otro atractivo destino: el lago Pangong Tso.
Lago Pangong Tso
Aquellos que lo conocen aseguran que se trata de uno de los lagos más bellos de la India, aunque cabe destacar que también comparte sus aguas con territorio chino. Se encuentra a 4.000 metros de altitud y es inmenso. El lago Pangong Tso está al pie del Himalaya y enamora con sus aguas cristalinas que van jugando con los colores en función de la intensidad de la luz solar.
Es un lago de agua salada considerado un valioso punto de observación de aves, ya que se trata de un lugar de reproducción de diversas aves migratorias. El camino para acceder a esta maravilla situada entre montañas es largo y algo complicado, pero todo queda compensado con los espectaculares amaneceres y atardeceres que nos ofrece, en los que el paisaje se llena de tonalidades increíbles.
A pesar de sus saladas aguas, las temperaturas extremas de este punto del planeta consiguen que en invierno el lago quede congelado, ofreciendo una imagen mágica y totalmente diferente a la que nos regala en otras estaciones del año.
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