Zion y sus impresionantes desfiladeros rojos

Buscamos nuestro destino en el suroeste del estado norteamericano de Utah. Allí nos espera el más antiguo de los 5 parques nacionales de ese punto de Estados Unidos: el Parque Nacional Zion. Puede que su nombre no se encuentre entre los más conocidos del planeta, pero el lugar ofrece unos escenarios naturales realmente impresionantes.

Una de las localidades más cercanas al parque es la pequeña Springdale, magnífico punto de partida para visitar Zion. Este lugar agradable se propone como la base de operaciones ideal para lanzarnos a la aventura en plena naturaleza, aunque cabe destacar que el parque también dispone de diferentes áreas de acampada.

Las aguas del río Virgen que recorren los cañones de Zion, el clima y el paso del tiempo han moldeado un paisaje espectacular repleto de altísimos acantilados. Estas grandes moles de arenisca presentan un atractivo color rojizo que se ha convertido en el sello de identidad del parque. Existen numerosos senderos perfectamente señalizados que nos acercan hasta estas gigantescas rocas que nos muestran toda su majestuosidad cuando las contemplamos desde los miradores instalados para captar la belleza del lugar. 

El cañón Zion es la gran garganta que se alza con el título de protagonista del parque. Se extiende a lo largo de cerca de 25 kilómetros y cuenta con una profundidad de 800 metros.

El Parque Nacional Zion es el hogar de una rica vegetación y de un buen número de especies animales. Solo en el grupo de las aves se contabilizan más de 250 especies diferentes, por lo que este territorio es también un espacio perfecto para su observación.

Los primeros pobladores blancos de esta zona de norteamérica fueron mormones que se establecieron en este territorio a mediados del siglo XIX. Precisamente, miembros de esta comunidad bautizaron algunas de las grandes rocas y espectaculares rincones que exhibe el Parque Nacional Zion.