Fanzara y el poder transformador del arte

Dicen que el arte es el alimento del alma, que es un bálsamo conciliador que consigue uniones imposibles. Nuestro destino cuenta con numerosas manifestaciones artísticas que confirman todo lo dicho.

Estamos a los pies del río Mijares, en el interior de la provincia de Castellón. Visitamos un punto de la Comunidad Valenciana, en el este de España, que cuenta con algo menos de 300 habitantes, una pequeña localidad que reposa en un valle rodeado de bellas montañas. El aroma refrescante de los pinos del entorno nos da la bienvenida cuando llegamos a Fanzara.

Las calles estrechas y su disposición en el núcleo urbano de la población, así como los restos de sus castillos, delatan los orígenes musulmanes de la localidad. Estamos en un lugar que invita a callejear, pero lo más curioso es que en nuestro paseo por Fanzara el arte nos va saliendo al paso. Este pequeño pueblo castellonense es un estallido de creatividad.

Fanzara es un original museo al aire libre. La localidad está repleta de murales y manifestaciones artísticas que llenan de vida y color las fachadas de las casas. Son obras firmadas por artistas de diferentes puntos del planeta que dejan su huella pictórica a la vista de aquellos que quieran disfrutarlas. 

El arte urbano más actual y la tradición conviven y se entienden de maravilla en la localidad. Y es que, precisamente, en la convivencia y el entendimiento se encuentra el origen del actual sello de identidad de Fanzara. Todo comenzó con el nacimiento de MIAU, nombre muy onomatopéyico que responde a Museo Inacabado de Arte Urbano, una iniciativa que surgió a raíz de la situación que se creó en 2005 cuando un grupo de vecinos se opuso a la construcción de un vertedero de residuos tóxicos en la zona. El pueblo se encontraba dividido entre los defensores y los detractores de estas instalaciones. Fue entonces cuando alguien del lugar pensó que el arte podría demoler aquellas diferencias que parecían irreconciliables. Y en 2014 vio la luz MIAU.

Desde aquel momento, la localidad -en la que al final no se llegó a instalar ningún vertedero- recibe durante el mes de julio a creadores de todo el mundo que se acercan a Fanzara para llenar con su arte las fachadas de las casas. Los vecinos les ceden sus paredes y también, en muchos casos, les invitan a alojarse en sus casas mientras los artistas dan forma a su obra. Los habitantes de la localidad descubrieron un motivo de unión, una nueva ilusión que puso en el mapa del arte mundial a Fanzara.

Lamentablemente, la pandemia provocada por el coronavirus ha impedido que este año Fanzara celebre su festival de arte. Confiamos en que en 2021 lleguen nuevos artistas que llenen con sus alegres pinceladas las calles de la población.

Fanzara también posee otros muchos encantos. La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, situada en el centro de la localidad y construida en el siglo XVIII sobre la antigua mezquita, es un buen ejemplo. Muy cerca de este templo nos encontramos un antiguo aljibe que proporcionaba agua a la población durante la Edad Media y también el antiguo lavadero de Fanzara, lugares de interés que demuestran el cuidado y mimo que vuelcan los vecinos de la localidad sobre su historia, cultura y tradiciones.

Además, la rica naturaleza que envuelve a la población es otro de los motivos que nos animan a acercarnos a este punto del interior de Castellón. Senderos sobre el Mijares, piscinas naturales que invitan al baño, cuevas escondidas en la roca y fuentes naturales dibujan un escenario espectacular para disfrutar de actividades al aire libre.

Imágenes: A. Marquina