En el norte de Italia, abrazado por los impresionantes montes Dolomitas, se encuentra nuestro destino: un lago que se muestra pequeño en tamaño y enorme en belleza. Estamos en el lago Sorapis, un paraje apacible y poco masificado porque su ubicación presenta un acceso algo complicado, especialmente si lo comparamos con el turístico lago de Braies.
Contemplar las aguas de este bonito lago de montaña es una experiencia inolvidable. El brillo de la superficie, que va cambiando al ritmo de la luz solar, y sus tonos pastel tintados de azul turquesa dibujan un escenario mágico y cautivador.
El senderismo es una de las actividades deportivas más practicadas por aquí. Cabe destacar que el camino señalizado comienza invitándonos a un sencillo paseo y va complicándose a medida que nos acercamos a Sorapis. Tras un pequeño trayecto vamos a encontrarnos un sendero más estrecho, pedregoso y, en muchas ocasiones, con cierto desnivel. Afortunadamente, existen algunos cables de acero que sirven de agarradero y que nos ayudan a no correr riesgos innecesarios.
Las aguas del lago son la recompensa al final del camino. Su belleza está envuelta por flores, refrescante vegetación y por la imponente imagen de las montañas Dolomitas, un espacio natural que está declarado Patrimonio de la Humanidad.
La excursión bordeando la orilla del lago también resulta muy gratificante. Se invierte algo más de media hora, dependiendo del ritmo del paso, y nos regala un paseo tranquilo rodeado de la inmensa belleza natural de la zona.
El lago Sorapis, que recibe su nombre de Punta Sorapis -montaña dolomita de más de 3.000 metros de altura-, se encuentra en la provincia de Belluno, en la región italiana del Véneto. Este bonito territorio está a algo menos de 100 kilómetros al norte de Venecia, por lo que se perfila como la excursión ideal si nos encontramos en la ciudad de los canales.
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