No es mejor ni peor viajar con niños que hacerlo solos. La experiencia es, simplemente, diferente. Siempre motiva descubrir nuevos lugares, y los niños pueden disfrutar tanto como los adultos esos acercamientos. De hecho, viajar en familia les ayuda a abrir la mente a nuevas costumbres y visiones de la vida, promueve su desarrollo social y emocional y les sirve para desconectar.
Pero para promover ese enriquecimiento personal hay que atender sus necesidades específicas, que no son las mismas que las de un adulto y dependen de su edad. Conviene elegir bien los mejores destinos para viajar con niños, pero también repasar algunos accesorios útiles para que no falte de nada ni durante el viaje ni en el destino.
Silla y accesorios para el coche
Si vas a viajar en coche, recuerda que según la Directiva Europea 2003/20/EC, todos los niños con una altura inferior a 150 cm deben ir en un dispositivo de retención adaptado a su peso. Es una cuestión de seguridad, que debe ser la prioridad, pero también de evitar alguna multa.
No es obligatorio en todos los países, eso sí, pues la misma normativa europea deja margen para que a partir de los 135 cm puedan usar el cinturón de seguridad de los adultos. Sucede en España, precisamente, pero también en Bélgica, Reino Unido, Grecia, Suecia o Países Bajos. En Alemania, Austria o Malta, entre otros, se rigen por los 150 cm.
La silla es lo mínimo, pero hay otros accesorios que pueden ayudar. Si tiene menos de cuatro años y viaja a contramarcha, será útil un espejo retrovisor interno para poder verlo en todo momento, sobre todo si se trata de un viaje largo. En ese caso, convendrá hacerse también con una base Isofix para darle estabilidad a la silla.
Un saco térmico para la misma silla garantizará que el pequeño viaje cómodo, mientras el soporte para tablet favorecerá un traslado entretenido que no les canse.
Su maleta
Es conveniente que los niños viajen con su propia maleta. Si son muy pequeños y aún no se hacen cargo de sus cosas, ayudará a los padres a tenerlo todo localizado. Si tienen cierta edad, les servirá de aprendizaje: deben hacerse responsables de llevar lo que necesitan, con supervisión, y de tenerlo todo bien recogido y almacenado.
La web maletasinfantiles.eu ofrece una completa guía de compra con comparativa, empezando por distinguir los tipos: correpasillos, trolley con ruedas, patinetes o mochilas-bolsas de viaje. Las primeras, por ejemplo, sirven para subirse y jugar con ellas, además de para almacenar enseres, luego es ideal para viajar con niños.
Hay que atender también a tamaños, precios, dureza del material y, por supuesto, diseño y colores que atiendan a sus gustos.
La cuna de viaje
Si la llevas, te alegrarás de haberlo hecho cuando veas su utilidad en el destino. Es plegable, pesa poco y ocupa poco espacio, por lo que es cómoda de llevar. Se puede usar para dormir y como parque de juegos seguro, sin que sea necesario ejercer una vigilancia exhaustiva (aunque sí permanente), y valdrá hasta los cuatro años. Además, son económicas.
La web Tu Cuna de Viaje hace una propuesta concreta: la cuna colecho portátil o cuna colecho de viaje. Es un tipo diseñado especialmente para usarse alineada a la cama de los padres, y con uno de los lados extraíbles para poder practicar el colecho. De esta forma, los padres pueden exprimir los beneficios de la práctica también de viaje, especialmente si el bebé es aún lactante.
Silla de paseo
La silla de paseo es más ligera que las habituales y se pueden plegar para ocupar menos espacio, por lo que son más recomendables. Especialmente si se viaja en avión.
En el lugar de destino, convendrá tener una para los paseos, especialmente si el niño es aún pequeño. Hay algunos modelos que se pueden usar desde el nacimiento y luego permiten la incorporación de un dispositivo grupo 0+, por lo que pueden durar más. También están provistas con amplia capota y permite el reclinado, lo que contribuye a la comodidad y la seguridad del bebé.
Trona portátil
Si viajas con niños de tres años o menos, también es recomendable llevar una. Puede que no estés familiarizado con el concepto, pues las tronas más conocidas son las fijas, plegables o no, para utilizar en casa. Para viajar, en cambio, lo más recomendable es llevar una pequeña que se ajuste a la mesa, o una de tipo bolso que se ajuste a la silla.
Hablamos de tronas que pesan menos de un kilo y se ajustan a la mesa o a la silla para que el bebé quede a la altura del resto de comensales en un bar o restaurante. Combatirá el malestar que genera tenerlo de brazos en brazos cuando el establecimiento no dispone de sillas especiales o, aun teniéndolas, están todas ocupadas.
Cada cual tiene sus necesidades específicas para viajar, y los niños tienen las suyas propias. No pienses en las molestias de trasladar todo esos enseres, pues los trayectos son siempre la parte más farragosa. Piensa en la comodidad en el destino y en lo bonito que puede resultar viajar con niños cuando se lleva todo lo necesario.
Está claro que al final está claro una cosa, si algo es bueno y se puede plegar, mucho mejor. Viva lo plegable.
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