Como el enigmático Rosebud del filme ‘Ciudadano Kane’, la autobiografía inacabada de Albert Camus –publicada en 1994, 34 años después de su muerte– entronca con su infancia y adolescencia. Una etapa de su vida que compartió con su abuela materna menorquina, con la que convivió hasta los 17 años en un humilde barrio de Argelia. Catalina María emigró al país norteafricano a mediados del siglo XIX pero su lengua y costumbres menorquinas afloraron en la novela póstuma de Camus. Esta vinculación del escritor a la isla balear gestó en 2017 unas jornadas literarias que se suman a la intensa actividad cultural que propone la isla a lo largo del año
Marcado por una trágica y corta pero intensa vida –quedó huérfano de padre a los 8 meses… y falleció con apenas 46 años, en accidente de coche– la obra y esencia de Albert Camus están influenciadas, en parte, por sus raíces menorquinas; más en concreto, a la localidad de Sant Lluís, ubicada 10 kms al sur de Maó. Su abuela materna, Catalina María Cardona, había nacido allí; y se casó en Argelia con Esteve Sintes, hijo de emigrantes menorquines originarios de Ciudadela. Echando la vista más atrás en el árbol genealógico observamos que sus bisabuelos maternos también nacieron en la isla balear: José Cardona, en Maó, y Joana Fedelich, en Es Castell. Auténticos payeses que vivían en una casa de campo, Rafaletó, en Pou Nou. Por eso, pasear por Sant Lluís y visitar su iglesia parroquial –donde fue bautizada su abuela– evoca las raíces menorquinas de Camus.
El autor, entre otras, de ‘La Peste’ y ‘El extranjero’, reconocido en 1957 con el Premio Nobel de Literatura, rescató del olvido sus recuerdos de infancia en ‘El primer hombre’, su obra póstuma, reflejando las penurias económicas de su familia… pero también las historias que contaba sobre Menorca su abuela, a la que recuerda: “criada por sus padres maoneses en una pequeña granja, se casó muy joven con otro maonés, delgado y frágil, ya que los hermanos se habían instalado en Argelia desde 1848…”.
Paradójicamente, Albert Camus, que visitó Mallorca e Ibiza en su primer viaje fuera de Argelia, recién casado, no pudo ir a Menorca por complicaciones en los transportes. No la visitó jamás… Pero la isla, Sant Lluís y la abuela Catalina María estuvieron siempre latentes en su imaginativo pensamiento. Fueron su particular e imaginario ‘Rosebud’.
Intensa actividad cultural menorquina
Fruto de la vinculación de Premio Nobel a Menorca son los ‘Encuentros y Premios Mediterráneos Albert Camus’, que se celebran en años alternos (los Encuentros, los años impares, y los Premios, los pares) desde 2017 en Sant Lluís. Esta se cita se suma a la intensa actividad cultural de la isla a lo largo de todo el año, como su Festival de Jazz, el Cranc Festival, de música Indie y rock alternativo; el Festival Pedra Viva, en las canteras de Líthica; o la temporada de Ópera, que acoge el centenario Teatre Principal de Maó, coliseo de operístico más antiguo de España, construido en 1829. Y el 27 y 29 de noviembre están programadas dos representaciones de ‘La Boheme’, de Puccini.
Además, la isla posee una gran variedad de museos, entre ellos: el Museo de Menorca y el Centro de Arte e Historia Hernández Sanz, ambos en Maó; el Centro de Geología y el Museo del Queso, en Ferreríes; el Museo Diocesano y el Museo Bastió de sa Font, en Ciutadella; el Museo Etnológico Molí de Dalt, en Sant Lluís; el Museo Militar, en Es Castell; o el Centro Artesanal de Mercadal, dedicado a los oficios tradicionales.
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