Nos adentramos en una ciudad escocesa situada a algo más de 60 kilómetros de distancia de Edimburgo. Nuestro destino es Stirling, una de las urbes más visitadas del país por diferentes y atractivas razones: su patrimonio histórico, su cultura, su entorno alfombrado de increíbles paisajes y su pasado repleto de héroes, reyes y reinas y muchas leyendas.
Además, el centro histórico de Stirling guarda un auténtico tesoro: su imponente castillo, uno de los más importantes de Escocia y el edificio más emblemático de la ciudad, una fortaleza que domina toda la población desde su punto más elevado en lo alto de una colina, una situación que nos ofrece una impresionante panorámica del bello entorno que envuelve a esta pequeña ciudad.
Solo una pincelada histórica para percatarnos de la gran importancia del castillo de Stirling: entre sus muros, concretamente en la capilla, fue coronada María Estuardo en 1543.
Tanto el castillo como el centro histórico de Stirling datan de época medieval. Esta gran fortaleza ofrece una fascinante imagen en su exterior y una interesante visita a su interior. Recorriendo las diferentes estancias de esta construcción vamos a sentirnos como reyes y reinas, además de hacernos una idea de cómo era vivir entre sus gruesos muros. Resulta apasionante pasear por su gran salón, por las habitaciones reales y por las de los huéspedes, por la cocina real, por sus jardines, etc., sin olvidar las Cabezas de Stirling, una sala repleta de grandes medallones tallados en madera con el rostro de reyes, emperadores, personajes mitológicos…
Dejamos el castillo y nos acercamos a otro de los puntos de interés de Stirling: el Monumento Nacional William Wallace. Quienes hayan visto la película Braveheart seguro que ya saben quién fue este héroe escocés, interpretado en el film por el actor Mel Gibson. El monumento en honor al gran libertador escocés, construido a mediados del siglo XIX, es una torre de más de 60 metros de altura que se encuentra ubicada en la cima de una colina cercana a la población. Si nos animamos a subir sus cerca de 250 escalones podemos llegar a la parte más alta de la torre y disfrutar de unas vistas increíbles.
Existe un puente que fue testigo de la batalla librada por Wallace para conseguir la independencia de Escocia. Se trata del puente de Stirling. Aunque el actual no es el original, pues el auténtico era de madera y acabó desapareciendo, la nueva pasarela de piedra sobre el río Forth, de más de quinientos años de historia, ocupa la misma ubicación que el anterior.
Sin lugar a dudas, la visita a Stirling ofrece numerosos atractivos, incluyendo, por supuesto, su casco antiguo medieval repleto de callejuelas empedradas con mucho encanto. Paseando por ellas nos percatamos de que la figura del lobo está muy presente por todas partes: en antiguos escudos, en fachadas, en esculturas… El motivo hemos de buscarlo en una leyenda que nos remonta al siglo IX. En aquel momento la ciudad fue atacada por vikingos, detalle que sorprendió dormido al encargado de vigilar la entrada a la población. Afortunadamente, el oportuno aullido de un lobo despertó al guardián quien alertó a todo el mundo consiguiendo que los invasores huyeran. Por esa razón, el símbolo de Stirling es un lobo.
Viajes y Lugares
Escribe tu comentario