Nos acercamos a Polonia. En el suroeste del país, a orillas del río Óder, se encuentra nuestro destino: Breslavia, la capital de la Baja Silesia, un lugar de cuento, lleno de magia y con un marcado espíritu navideño cuando llega el invierno. En esta ciudad aún resuenan los ecos de su designación como Capital Europea de la Cultura en 2016.
Breslavia –en polaco, Wroclaw- se ha convertido en una de las ciudades más importantes de Polonia gracias a su industria, su cultura y su ambiente universitario. Es una ciudad dinámica, con una bajísima tasa de desempleo y repleta de lugares con mucho encanto. Cabe destacar que esta urbe se encuentra ubicada sobre 12 islas unidas por más de 100 puentes.
El corazón de la ciudad es la plaza Mayor o plaza del Mercado, un bello espacio lleno de vida, bullicioso y muy concurrido. Es una de las mayores plazas de mercado de Polonia. Aquí descubrimos uno de los edificios protagonistas de Breslavia: el Ayuntamiento. Se trata de una construcción impresionante, de estilo gótico, con una torre de más de 60 metros de altura. En los bajos del edificio se encuentra uno de los restaurantes más antiguos de Europa, un local con 800 años de historia por el que han pasado grandes personalidades de todas las épocas.
La plaza del Mercado cuenta con coquetas casas de variados colores que otorgan al lugar un toque alegre y acogedor. Estos pintorescos edificios aparecen adosados y lucen diferentes estilos, fruto de las diferentes etapas de su historia y del paso de checos, austriacos, húngaros y alemanes.
Cuando llega el invierno este punto de la ciudad exhibe su espíritu navideño por todas partes. Su mercadillo tradicional de Navidad, considerado uno de los más bonitos de todo el continente, se llena de puestos de madera, miles de luces, abetos e imaginativas decoraciones. La variedad de productos que se ofrecen es increíble. Además, en este mercadillo de grandes dimensiones es muy probable que nos topemos con un pequeño y simpático personaje que se ha convertido en símbolo de la ciudad: el gnomo.
En Breslavia los gnomos están por todas partes. El casco urbano de la ciudad está repleto de estos pequeños duendes que, según la tradición polaca, dan buena suerte y ahuyentan la mala. Cuenta la leyenda que su existencia se remonta a los orígenes de la población. En aquel momento el río estaba habitado por un malvado diablillo que hacía imposible la vida a los habitantes de Breslavia. Para combatirlo, decidieron pedir ayuda a los bondadosos gnomos que, desde entonces, neutralizan las malas intenciones del diablillo.
Hace unos años, como homenaje a estos divertidos y traviesos personajes, el ayuntamiento decidió repartir diminutas esculturas de gnomos por todos los rincones, calles y plazas. Son cerca de 200 y la idea consiste en invitar al visitante a localizarlas todas. Sin duda, una forma diferente y curiosa de recorrer a fondo la ciudad.
Breslavia es una urbe llena de posibilidades y puntos de interés. Un destino que, especialmente en época navideña, nos asegura una estancia mágica y muy singular.
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Imágenes: Mª José Montañana Cebriá
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